La alineación del ‘Tata’ Martino en Anoeta sigue trayendo cola. La entrada en el medio centro de Song junto a Busquets, y el ‘banquillazo’ de Xavi y Cesc dolieron especialmente a la parroquia blaugrana que vio como no solo el equipo caía derrotado ante el equipo dosnostiarra sino que además, el Real Madrid se ponía líder con tres puntos de ventaja.
Muchas han sido las voces críticas con el entrenador y la propia plantilla se hartó de el planteamiento del Tata Martino que se olvidó del ‘tiki-taka’ en busca de un juego más aguerrido y directo.
Solo Iniesta estaba en el campo en representación de los bajitos y Leo Messi no encontraba a sus socios habituales, el enfado del argentino fue más que evidente. Por si fuera poco Martino perdió los nervios en el descanso.
El gran mosqueo de Messi llegó después de que el entrenador anunciara que Cesc y Xavi no jugarían de inicio y su enfado se notó sobre el césped. Solo con el 1-1 el argentino pareció desmelenarse pero su gesto y su celebración no eran los habituales. A Messi le faltaba su alegría habitual en el campo y miraba de reojo a sus dos ‘socios’.
Según las imágenes de La Sexta, el argentino jugó como derrotado y sin alegría, una imagen que en nada se parece al jugador al que nos tiene acostumbrado, y los goles de la Real Sociedad fueron minándole la moral.
Cuando Cesc salió al campo en sustitución de Song en el minuto 61, apenas tuvo tiempo para ‘enchufar’ al equipo y en especial a Leo Messi, que llevaba mucho tiempo solo sobre el campo.
Sospechas en la plantilla
La plantilla del Barça ya empezó a sospechar del ataque de entrenador del ‘Tata’ Martino durante la semana, en la que Song tenía más protagonismo del habitual, y olvidó el fútbol que implantó Guardiola en el Camp Nou. Por si fuera poco, en los entrenamientos comenzaron a ensayarse jugadas en las que se cambiaba el toque habitual por balones largos, lo que terminó de desconcertar a la plantilla culé.
A partir de aquí lo que todo el mundo sabe y los jugadores critican. siete cambios respecto al equipo que jugó en Manchester y sin partido entre semana que exigiera descanso. Incomprensible para buena parte de la plantilla y un planteamiento que logró enfadar incluso a su gran estrella y gran valedor, Leo Messi.
