Hasta Sport deja a los pies de los caballos a Guardiola. El entrenador del Bayern de Múnich se había convertido en la gran esperanza del Barcelona en esta edición de la Champions League, una vez eliminados los culés prematuramente por el Atlético en cuartos. Y su prensa deportiva, que le sigue añorando en ‘Can Barça’, no podía ser menos.
«¡Força Pep! ¡Y Força Bayern! Todos los culés seremos bávaros por unos días. Porque seamos sinceros, una vez eliminados de la competición europea, la única ilusión del barcelonismo es ver como el conjunto de Guardiola se carga al Madrid», escribía en Sport un Lluís Mascaró que se las prometía muy felices. Pues ahora su compañero Josep María Casanovas, con la decepción del resultado final, ajusticia a su otrora mesías.
El Madrid le ha clavado una puñalada a Guardiola que lo ha dejado KO. El camino hacia la Décima lo tiene más abierto que nunca. Es un KO deportivo y moral. Una derrota espectacular que deja a los alemanes tocados y hundidos. El campeón se vio superado en toda línea por el eterno aspirante, un Madrid que hace 12 años que no gana la Champions.
El toque y la posesión del balón no le sirvió otra vez para nada. Si el equipo de Heynckes pasó por encima del Barça con una superioridad y fuerza física impactante hace un año, ahora el equipo de Guardiola ha sido un muñeco roto con un Madrid que dominó de principio a fin por estrategia, táctica y ambición.
El resultado es tan contundente que no hace falta discutirlo: 5-0 en el cómputo de la eliminatoria llevan al Madrid a la final con la vitola de favorito. 0-5 en contra dejan a Guardiola desnudo y retratado. La Bundesliga vale menos y el soñado triplete vuela hacia Madrid. El equipo de Ancelotti ahora es el único conjunto europeo que puede soñar con los tres títulos y por el estado de forma que demostraron anoche en el Allianz Arena está claro que no se conforman solo con la Copa del Rey ganada al Barça.
Y es que Casanovas es muy duro con Pep. Estaban tan ilusionados con él, que ahora le dejan abandonado a su suerte:
La imagen poderosa del Bayern se ha desecho como un azucarillo. El entrenador que presumía de que sus equipos jugaban un fútbol distinto y único ha quedado en evidencia. El Bayern nunca dio la sensación de estar a la altura del Madrid y debemos insistir en lo que ya dijimos después del partido del Bernabéu: Robben y Ribéry son jugadores decadentes
