El portero del United habla a corazón abierto en una emotiva entrevista que está dando la vuelta al mundo

La dramática, dolida, sincera y estremecedora confesión de Víctor Valdés

Víctor Valdés vislumbra el final de su carrera deportiva y así lo manifiesta en una emotiva entrevista concedida al prestigioso presentandor colombiano Marlon Becerra en la cadena RCN, que recoge S.D. en ‘ABC‘ y en la que deja muchísimos y dramáticos titulares:

«No volvería a ser portero»; «me trataron como un paria tras mi lesión de rodilla»; «me gustaría volver a nacer para cambiar muchas cosas de las que han sucedido en mi vida»; «los futbolistas vivimos una vida irreal. Tras mi lesión volví la vida real, a pagar un café, a tocar monedas»; o «no me gusta la fama. Cuando se apague la luz, yo estaré con los niños».

EL PEOR MOMENTO DE SU CARRERA

«Cambiaría el día en que me lesioné, en casa contra el Celta. La maldita jugada empezó con que el árbitro pita penalti. Creo que era Ayza Gámez, que venía de haber pitado un penalti fuera del área. Yo como capitán presiono, él lo consulta con el linier y pita libre directo. Y en esa falta cambió mi vida, porque me lesiono. Si hubiese sido penalti seguramente no me hubiese lesionado. Cambiaría que ese día yo no hubiese sido el capitán, porque sin el brazalete seguramente no hubiera ido a pedir que lo sacara del área. Nunca lo olvidaré».

ENSEÑANZAS TRAS LA LESIÓN

«Voy a dejar de lado a la gente que te deja solo, voy a dejar de lado que el mundo del fútbol te hace sentir un lisiado… pero voy a explicar una enseñanza que, gracias a Dios, viví: la lesión me hizo volver a sentir lo que es la vida no siendo futbolista. Me fui a Alemania para recuperarle, era difícil, pero yo lo iba a conseguir sí o sí y pasara lo que pasara».

«Los futbolistas vivimos una vida irreal. Afortunadamente, volví a la vida real, a pagar un café, a tocar monedas… y esa cura de humildad me ha servido ahora que he vuelto a la actividad como futbolista profesional. Yo vengo de tres meses en Augsburgo, de comprar mi billete de tranvía, de ir con muletas, de estar solo. Eso no me lo quitará nadie».

«Yo nunca más seré una súper-estrella, porque yo he estado ahí, lesionado de gravedad. Y ya he dicho que el fútbol te aparta. ‘Te has lesionado la rodilla… que pase otro’. ‘Tú ya no vales’. Pero tú vas a valer, si quieres. Y es tu fuerza de voluntad la que te tiene que hacer llegar. Y esa es la mayor enseñanza».

«No me gusta la fama. Cuando se apague la luz, yo estaré con los niños, enseñándoles qué pasa cuando se enciende y deseando que se les encienda. Pero para mí ya no, y espero que cuando se acabe no me encuentren».

NO LE GUSTA SU PROFESIÓN

«No, no volvería a ser portero. Es una cosa que seguramente cambiaría. Siempre he dicho que me hicieron creer que servía y por circunstancias de la vida fue subiendo hasta profesional. Y ahí tuve la suerte de que confiaron en mí. Pero no es un camino fácil y seguramente no me ha compensado los años que has sufrido con lo que han ido bien».

«Mi historia con el fútbol se resume en que me han hecho creer que servía para esto. Me autoconvencieron de pequeño y no me ha quedado más remedio que aceptarlo y coger ese camino con la máxima disciplina. Ha sido trabajar, trabajar, trabajar pase lo que pase y al final he llegado a la cima. Pero si yo te tuviera que hablar de fútbol hablaría de miles de momentos de sufrimiento».

CAMBIOS EN SU VIDA

«El día en que nací porque querría cambiar muchas cosas de las han sucedido. No hay forma mejor para empezar de cero. Ése es el punto de partida. Claro que hay días memorables, como el nacimiento de mis tres hijos o levantar trofeos que has ganado en el fútbol. Pero egoísta e internamente en mi caso sería volver a empezar y decidir otras cosas de las que han sucedido»

«Sí cambiaría muchísimas cosas. La vida son cruces de caminos y tú tienes que ir decidiendo y en base a ello transcurren tu vida y tu destino, que al final está escrito. Y la única forma de enderezar todo esto con lo que no estás conforme es volviendo a nacer»

AMPUTACIÓN EN LA ADOLESCENCIA

«Cuando tenía 12 años, y ya estaba en el Barça, empecé sentir un dolor muy fuerte en el adductor que luego me bajó a la pierna. Tras una semana en el hospital sin saber que tenía al final descubrieron que había una bacteria que estaba empezando a comerme el hueso de la tibia. Me había entrado por unas heridas (en el brazo). Fueron momentos malos porque vi que mi familia sufría, pero por ese ángel de la guarda que siempre ha velado por mí tras la intervención la pierna creció a la par de la otra. No se sabía si eso pasaría, o si me hubieran tenido que cortar la pierna. Por fortuna salí».

SU MUJER YOLANDA

«Yo me conozco mejor que nadie. Soy una persona difícil de llevar, y mi mujer Yolanda merece el mayor de los trofeos por aguantarme desde hace tantos años»

DESPEDIDA DEL BARCELONA

«La gente espera que des más, que cumplas, que estés ahí. Realmente la despedida que tuve del Barcelona no fue la deseada por culpa del tratamiento que tenía que seguir en Alemania y por culpa de mi carácter: me aparté y me fui. La gente seguramente esperaba mucho más de alguien como yo. Seguramente me recrimino ciertas actitudes de este tipo de mi persona»

LOS NIÑOS

«Me he llegado a emocionar con los mensajes de Twitter y Facebook que me han mandado niños, de portero a portero. Piensan que no los miro, pero los leo todos. El chaval que te escribe tendrá 10 años y yo 33, pero somos iguales, somos porteros. Y ése es mi camino, estar con ellos, con los niños. Porque ellos sí son honestos y no me van a mentir».

AFICIONES

«Hay dos cosas que me hacen aislarme de todo lo que me gusta, el rock and roll y el cine. El rock siempre me ha hecho vencer mis miedos».

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