Pola, Rivillos y Miguelín anotaron por partida doble, mientras que Alex abrió la lata. Infranqueable Paco Sedano
La selección española de fútbol sala ha conquistado este sábado el séptimo Campeonato de Europa de su historia tras imponerse (3-7) a Rusia en la final, un título que devuelve a la ‘Roja’ con toda justicia al trono continental.
España no puso emoción y resolvió en la primera mitad (1-4). Los goles de Alex, Rivillos y Pola, que firmó un doblete, dieron el título a la selección dirigida por José Venancio López.
En la segunda parte marcaron Rivillos, nuevamente y Miguelín, que consiguió dos dianas para terminar el campeonato con seis en su cuenta. España fue campeona de Europa en 1996, 2001, 2005, 2007, 2010, 2012 y 2016.
EL PARTIDO Y SUS HÉROES
No hubo rival, no quiso España, flamante Campeona de Europa. La selección de José Venancio asfixió a Rusia desde el minuto uno con una presión muy alta. Era superior en la teoría y lo quería demostrar en la práctica. Cuanto antes.
Así, la primera parte de la selección fue brillante, casi perfecta. Un rodillo durante 20 minutos ante un equipo cuya veteranía no le sirvió para aplacar la ilusión española. España buscaba recuperar su reinado en Europa.
Venancio repitió el cinco de las semifinales ante Kazajistán: Paco Sedano, Ortiz, Rivillos, Pola y Raúl Campos, mientras que Rusia formaba con Gustavo, Shayakhmetov, Romulo, Abramov y Robinho. Alineaciones confirmadas e himnos en un Belgrado Arena a rebosar. La fiesta europea del fútbol sala citaba a las dos selecciones favoritas, que ya habían disputado cinco finales entre ellas.
Sin duda, ninguna terminó con un juego y resultado tan evidente. Desde el principio, España buscó la portería de Gustavo. Primero con balones largos, pero pronto empezaría el juego de toque. Rusia se mantenía a la espera. Con el balón, los de Skorovich no pasaban de medio campo. La selección no escatimaba esfuerzos en la presión alta.
Una declaración de intenciones que otorgó a España el control de la primera parte por mayoría absoluta. Miguelín fue el primero en avisar con un acrobático disparo. El balón botó en el suelo para estrellarse en el larguero. Minutos después, en el ocho exactamente, Alex abría la lata. España volvía a sacar rédito de la estrategia: Bebe envió desde el lateral y el de Cieza remató alto, imparable para Gustavo.
Sedano pone el cerrojo
Aunque España dominaba en la posesión, Rusia también gozó de ocasiones claras. Pero todas, sin excepción, se encontraron con un gran Paco Sedano. El portero del Barcelona demostró toda su calidad y reflejos sin descanso. A cada disparo ruso (o brasileño), una respuesta.
Mientras Sedano paraba, España buscaba ampliar diferencias y el vendaval iba a llegar: tres goles en menos de dos minutos.
Pola brillaba en las recuperaciones, y Miguelín era un peligro constante. Precisamente el ala del Inter anotó el segundo tanto en el minuto 15, tras aprovechar una asistencia de Rivillos.
Un minuto después, el propio Mario firmó el tercero en jugada ensayada a pase de Órtiz. Sin tiempo de reacción, Pola lograba su doblete y el cuarto de España. Él lo hizo todo: recuperó el balón y lo cruzó lejos de la mano de Gustavo.
La selección había puesto tierra de por medio. Rusia parecía noqueada. Si intentaba levantarse, aparecía Sedano. Fue una constante.
Solo en la última jugada del primer tiempo tuvo que recoger el balón de su portería. Rusia realizó el aclarado típico con Robinho, que atrajo dos defensas y posibilitó el gol de Rómulo, con más espacios. 1-4 al descanso.
A pesar del resultado, España no se relajó. Al contrario: la presión, las ayudas y el juego directo siguieron estando presentes.
El portero-jugador sentencia a Rusia
Cierto es que se redujo el número de ocasiones con respecto a la primera mitad. España se mostraba muy bien colocada en defensa, que empezaba con la presión en campo contrario. Rusia busca espacios y superioridad con el portero-jugador, pero apenar podía pensar con tranquilidad.
La inclusión del portero-jugador, una situación muy comentada y polemizada en este Europeo, otorgó a España los espacios necesarios para sentenciar el partido. Rusia lo realizó a 13 minutos del final, y ya no hubo partido. Los tres goles españoles llegaron por el mismo motivo: robo y remate a puerta vacía. Miguelín, dos veces, y Rivillos, lo certificaron.
Entre medias, Robinho salvaba la cara de los rusos. El brasileño mejoró en la segunda mitad, donde encontró más espacios y buscó más la puerta de Sedano. El de Ugra anotó el 2-5 ya en los últimos diez minutos, tras el primer tanto de Miguelín, que también llegó con la segunda parte avanzada.
Sin embargo, el gol no puso nerviosa a España, veterana como ninguna en finales europeas. Es más, sirvió para mantener la concentración idónea y cerrar el encuentro con las dianas de Miguelín y Revillos, sin portero en la meta rival.
Ya en el último minuto, con el banquillo español celebrando el título, Milovanov dejó un gol para la galería. Recibió de espaldas y remató de tacón. Un mal menor para una selección española que ya estaba celebrando, con todo merecimiento, su séptimo Europeo. No hay rival en Europa.
– Ficha técnica:
3 – Rusia: Gustavo, Shayakhmetov, Romulo, Abramov, Robinho -cinco inicial, Vikulov (portero suplente), Sergeev, Kutuzov, Milovanov, Davydov, Pereverzev, Lyskov y Shakirov.
7 – España: Paco Sedano, Ortiz, Mario Rivillos, Pola, Raúl Campos -cinco inicial-, Juanjo (portero), Jesús Herrero (portero), José Ruiz, Bebe, Andresito, Rafa Usín, Lin, Alex y Miguelín.
Goles: 0-1, m.9: Alex; 0-2, m.15: Pola; 0-3, m.16: Rivillos; 0-4, m.16: Pola; 1-4 m.20: Romulo; 1-5, m.30: Miguelín. 2-5, m.32: Robinho; 2-6, m.35: Miguelín; 2-7, m.36: Rivillos; 3-7, m.40: Milovanov
Árbitros: Alessandro Malfer (ITA) y Bogdan Sorescu (RUM). Mostraron tarjeta amarilla a Shayakhmetov, Robinho y Kutuzov, de Rusia y a Ortiz, de España.
Incidencias: final de la décima edición del Campeonato de Europa de fútbol sala disputado en el Belgrado Arena ante unos 20.000 espectadores
