Ramos, Pepe y Arbeloa

La bronca de los jugadores veteranos que cambió el rumbo del Real Madrid

La bronca de los jugadores veteranos que cambió el rumbo del Real Madrid
Sergio Ramos. RM

El Real Madrid se prepara para afrontar, ante el Manchester City, la vuelta de semifinales de la Champions League. Lo hace en un momento de forma que hace apenas unas semanas era impensable, a un punto del Barça en Liga y con ligero favoritismo para estar en la finalísima de Milán.

Un cambio de panorama (de la ruina a la esperanza del doblete) que se forjó en el vestuario de Valdebebas, donde se produjo una bronca que lo transformó todo.

Cuatro veteranos y un novel del equipo merengue tomaron la palabra para arengar a los suyos después del derbi (0-1) frente al Atlético de Madrid y, desde entonces, el Real Madrid ha sido otro ya no sólo en resultados (que también), sino en actitud y forma de afrontar lo que queda de temporada.

Aquel día, cuenta el portal Goal.com, fue la jornada de los mensajes de refuerzo. Empezó a hablar Sergio Ramos, capitán del equipo blanco. Le siguió Pepe, otro de los dueños del brazalete merengue.

El tercero en hablar otro capitán, aunque este sin lucir la enseña en el brazo. Arbeloa también se centró en mandar ánimos a la plantilla.

Después le siguieron Nacho y Keylor Navas. El primero, aunque joven de edad, lleva muchos años en el Real Madrid, tantos, que incluso fue capitán del Castilla. Sabe lo que es lucir galones en un club como el blanco.

El segundo, Navas, ha disparado su ascendencia en el resto del grupo. Todos lo respetan por lo que hace fuera del campo, pero sobre todo, por lo que hace dentro de él, ya sea entrenando, ya sea parándolo todo.

Fue así, con estos cinco ‘portavoces’ como el optimismo se transmitió en el seno del Real Madrid después de esa tarde en la que el vecino volvía a asaltar el Bernabéu. Y todos, relata Goal.com, hicieron acopio de un mensaje parecido.

Todos insistieron en apelar a la historia del club, a esa lucha constante que se manifiesta especialmente cuando todo parece perdido, esa forma de ser que hace que incluso totems del barcelonismo (léase Xavi Hernández) envidien el espíritu blanco, ése que siempre espera el milagro en lugar del derrotismo historico (ya muy diluido) que antes anegaba la mentalidad del Barça.

La charla, según parece, tuvo su efecto positivo, porque al siguiente partido, entre semana y ante el Levante, el Real Madrid ganó y lo hizo peleando y corriendo más que nunca, con algunos jugadores (como Kroos), sufriendo problemas de calambres por darlo todo.

Después de ese partido, Zidane aprovechó la inercia que ya habían imbuido sus jugadores al resto de la plantilla, para gestionar su mentalidad y alimentar las opciones de éxito en una temporada histórica que hoy no son una quimera, sino toda una realidad.

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