No marcamos allí, cuando podíamos marcar. Hemos hecho todo bien, todo mejor, pero a este nivel los detalles influyen
A Pep Guardiola tiene muy mal perder y lo demostró este 3 de mayo de 2016 en una muy tensa entrevista.
Él se considera un ganador. Lo dice un currículum envidiable en el que constan todos los títulos posibles. También una Champions que, sin embargo, en Múnich, se ha convertido en su máxima tortura.
Sabe que en el Bayern se le juzgará por no haber alzado la orejona, por haber fracasado de manera rotunda en tres semifinales consecutivas frente a tres equipos españoles.
Quizá por eso ayer, en la ‘flash interview’ que le hicieron desde Atresmedia tras el partido como televisión tenedora de los derechos de retransmisión del encuentro, el de Santpedor se mostró frío, distante, por momentos hundido, en otros irascible.
No llegaron a tres minutos de conversación (2’13» para ser exactos) con Susana Guash en los que Guardiola eludió algunas preguntas, deseó que Ancelotti gane con los germanos lo que él no ha podido conseguir y acabó negándose a admitir la palabra ‘fracaso’ justo antes de marcharse a toda velocidad del set de televisión, casi sin dar tiempo a su interlocutora a despedirse de él.
En la primera pregunta, a Pep le cuestionaron por lo visto ayer en el Allianz Arena. El técnico comenzó felicitando al rival y adoptando un discurso de cierto tono victimista.
«Felicidades al Atlético de Madrid. Lo hemos probado como lo hicimos el año pasado contra el Barcelona. Espero que Ancelotti pueda dar el salto al equipo que yo no he podido darle en tres años».
Segundos después llegó el primer regate a las preguntas de la periodista.
«Al Bayern también hay que felicitarle. Hoy más no pudo hacer», le espetó. Guardiola sonrió y apenas dijo «sí, así es…».
Primer silencio de la charla.
Tras unos segundos, pregunta sobre el penalti fallado por Müller. «No sé qué habría pasado si hubiera marcado, pero no hemos perdido la eliminatoria por esto». ¿Y entonces por qué se perdió?, le repreguntan. Aquí Guardiola cogió aire, se lo pensó y tiró de experiencia para acabar en dos palabras: mala suerte.
«No marcamos allí, cuando podíamos marcar. Hemos hecho todo bien, todo mejor, pero a este nivel los detalles influyen. En mi primera Champions tiramos una vez a puerta [en referencia al ‘Iniestazo’ de 2009 contra el Chelsea] y fue gol, en mi último año en Barcelona, tiramos 30 veces en Londres y luego ante 85.000 personas en Barcelona y nos quedamos fuera. Lo importante es qué has hecho para lograrlo. No podemos hacernos reproches. Lo hemos dado todo. Nos intentaremos levantar y pensar en el futuro para ganar la Liga».
«Te veo muy tocado», le cuestionó Guasch.
Pep negó con la cabeza sin abrir la boca.
«Tu objetivo aquí era ganar la Champions», le insistió.
«Sí, es verdad», respondió seco.
Entonces llega la pregunta clave con la palabra precisa. Interpelado por la posibilidad de interpretar como un fracaso su periplo con el Bayern pese a ganar tres Bundesligas, Guardiola se mostró mucho más serio, dejando entrever su malestar por la duda.
«Lo he hecho lo mejor que he podido. Me voy muy feliz, muy contento».
«¿Y a la afición del Bayern qué le dice?», le preguntó Guasch.
«Pues espero que en el futuro lo consiguan. [en referencia a la Champions]».
