El exseleccionador español

Vicente del Bosque: «El seleccionador siempre se ve agredido e intoxicado por lo que le llega de fuera»

El exseleccionador español Vicente del Bosque ha escenificado su retirada colgando de forma simbólica sus botas en el museo de la Real Federación Española de Fútbol en Las Rozas (Madrid), cerrando así una carrera en la que no le ha «quedado por hacer» y donde ha podido comprobar que «el seleccionador siempre se ve agredido e intoxicado por lo que le llega de fuera».

«No me ha quedado nada por hacer. Durante estos ocho años hemos hecho lo que creíamos que había que hacer en beneficio de la Federación. Nada más. No hemos tenido otra pretensión de nada. Que hemos cometido errores, que hemos traído a unos que no debíamos traer y a otros hemos dejado de traerlos, pues posiblemente», reflexionó Del Bosque en declaraciones facilitadas por la RFEF.

El salmantino, que abandonó la selección este verano tras la eliminación en la Eurocopa, explicó que, durante su etapa al frente del equipo nacional, siempre intentó seguir «una política de continuidad, que no de inmovilismo, para traer a los mejores».

«Nos es fácil porque el seleccionador siempre se ve agredido e intoxicado por lo que le llega de fuera desde una parte de España, desde una camiseta… Nosotros hemos escuchado a todo el mundo, pero también hemos sido tozudos y hemos hecho lo que queríamos hacer», rememoró.

Con la entrega de las botas que usaba como jugador al museo de la selección, Del Bosque quiso simbolizar un «punto final» a su carrera como entrenador. «Tengo muchas cosas por hacer todavía. No soy muy nostálgico del pasado y sé que la vida tiene otros caminos, no solo el fútbol, aunque no me voy a despegar nunca del fútbol», concluyó.

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