Cristiano pisa cada vez más el área y se aleja de la posición de extremo. Un dato emerge como revelador
La transformación de Cristiano Ronaldo en delantero centro resulta más evidente cada partido que pasa.
Su zona de influencia ha disminuido y, por contra, ha multiplicado su presencia el área. La evolución hacia el papel de ariete clásico queda reflejada en la variación progresiva de la posición en la que ha ido marcando sus goles desde que llegó al Real Madrid en 2009.
En su primera temporada, sumó 33 tantos de los cuales 11 fueron desde la posición de delantero centro (el 33% del total). Cristiano acumula este curso la cifra de 12 goles.
Ocho se produjeron desde la demarcación de punta nato (el 66%) y nueve fueron a un solo toque (el 75%).
El portugués parece haber entendido como necesario su proceso de readaptación. Messi también retrasó su posición, perdiendo filo goleador y agrandando sus cifras de asistencias (127 en Liga).
Cristiano busca ahora otro hábitat. Son muchos los encuentros de este curso en los que centró su ubicación a pesar de estar Benzema: Borussia, Sporting, Athletic (once disparos)… Su gran noche como delantero llegó en el Calderón.
Cristiano se asienta en el rol de rematador olvidando su relevancia como extremo.