El ucraniano ya explicó este 31 de febrero de 2017 que todo se debió a una confusión en verano por la camiseta que llevaba puesta, en la cual simplemente aparecía el escudo de Ucrania y no símbolos neonazis
Los chequistas de extrema izquierda andan por todos lados en España. Abundan en los platós de televisión, ocupan hasta escaños en el Congreso de los Diputados y están en ciertas aficiones de fútbol
Roman Zozulya ha aguantado en el Rayo Vallecano apenas 15 horas después de que se cerrara una accidentada cesión desde el Betis, entre intensas quejas de un sector de la afición rayista, que lo consideraba «neonazi».
Después de las protestas de un grupo de aficionados en el entrenamiento del Rayo de este miércoles por la mañana, el Betis acaba de cerrar con el club madrileño el regreso del ucraniano a Sevilla.
La polémica, injustificada, por su supuesta ideología nazi ha provocado que el jugador tampoco quiera continuar en el Rayo Vallecano, ya que Zozulia ha sido recibido hoy con insultos, pintadas y pancartas en contra.
El ucraniano ya explicó este 31 de febrero de 2017 que todo se debió a una confusión en verano por la camiseta que llevaba puesta, en la cual simplemente aparecía el escudo de Ucrania y no símbolos neonazis.
Pero la situación se ha vuelto insostenible y todas las partes están hablando en estos momentos para poner fin a este problema que se ha generado de forma injustificada.
Los ultras del Rayo, de ideología de extrema izquierda, emitieron anoche un comunicado, antes de que el fichaje se llevara a cabo, en el que avisaban al club de que no quería a Zozulia en Vallecas.
El Rayo hizo oídos sordos y anunció la contratación del ucraniano, algo que acompañó con una carta de Zozulia en la que explicaba que todo se había debido a una confusión en verano.
Pero, una vez que la cesión fue anunciada, otros grupos del equipo madrileño empezaron a manifestarse, algo que ha continuado en la mañana de este miércoles 1 de febrero con pintadas y pancartas. Eso ha provocado que el propio Zozulia no quiera seguir en Madrid.