Marías llegó a la comisaría ensangrentado y declaró que había sufrido un accidente

Orden de búsqueda y captura contra el hermano de Messi tras aparecer un arma y sangre en su lancha

Explicó la sangre diciendo que se hirió al chocar con un banco de arena y cortarse la cara

Orden de búsqueda y captura contra el hermano de Messi tras aparecer un arma y sangre en su lancha
Lionel Messi y su hermano Matías. FG

Otra vez Matías Messi, como escribe Carmen de Carlos en ‘ABC‘ este 1 de diciembre de 2017.

El hermano del capitán de la selección argentina y «crack» del Barcelona, volvió a hacer de las suyas.

Esta vez es protagonista de un episodio sangriento que le tiene en paradero desconocido pese a que la Policía le está buscando.

La oveja negra del clan amarró a bordo de su lancha en el club de pescadores de Fighiera, (provincia de Santa Fe) en circunstancias poco, por no decir nada, habituales. Llegó con el rostro ensangrentado y se justificó con una explicación que no convenció al vigilante privado que le vio llegar, dijo que había chocado contra un banco de arena y por eso se había lastimado la cara (presentaba diversos cortes).

El hombre que recibió al Messi más problemático de la familia del goleador, no se quedó inmóvil ante las explicaciones.

La actitud del hermanísimo, demasiado conocido en los ambientes del hampa en la zona, le hizo sospechar y temer algo más grave. La cubierta de la lancha estaba llena de restos de sangre.

El exceso de manchas no coincidía, aparentemente, con las heridas de Matías. Informada la Policía, los agentes acudieron de inmediato al puerto mencionado (unos 35 kilómetros al sur de la ciudad de Rosario) y procedieron al registro, palmo a palmo, de la embarcación.

En esa operación descubrieron un arma. Al parecer, según la agencia de noticias Telam, se trataría de una pistola nueve milímetros (también conocida como la 380), similar a la última que le incautaron sin que tuviera permiso.
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A partir de ese momento (jueves por la tarde) el dispositivo para localizar de nuevo a Matías Horacio Messi, de 35 años, se puso en marcha. El fiscal José Luis Caterina ordenó a los agentes de la Subcomisaria 11a de Fighiera que fueran a buscarle a su domicilio para que prestara declaración.

El objetivo era dilucidar si a bordo de la motora se había producido un crimen, esclarecer lo sucedido y que diera explicaciones sobre la pistola. Las sospechas de que Matías no estaba solo, dado el estado de la cubierta de la lancha, adquirieron peso.

Con esa duda en la cabeza los policías acudieron a la casa del hermano de «Lio» Messi.

Lejos del astro del balón Matías vive en lo que en Argentina se llama «country» (urbanización cerrada) en la localidad próxima de General Lagos pero el hombre no estaba.

La ausencia en su domicilio puede tener una explicación sencilla. Pese a que en el mismo embarcadero fue atendido de las heridas, podría haber decidido acudir a algún centro sanitario de su confianza o visitar a algún familiar para descansar y recuperarse.

Otra hipótesis menos benevolente apuntaría a que Matías habría salido en busca de refugio para evitar encontronazos o ajustes de cuentas como consecuencia del misterioso episodio de su lancha.

La Fiscalía esperaba que se presentara voluntariamente en comisaria ya que la noticia saltó de inmediato a los medios de comunicación. Pese al transcurrir de las horas, hoy viernes Matías no dio señales de vida y el fiscal ordeno su busca y captura, en principio, por portación ilegal de armas.

Como en todo los «tropiezos» en los que se ve envuelto Matías Messi éste le coloca «flojo de papeles» con su lancha. La embarcación, con motor Mercury 115, no tiene matrícula porque la transferencia de titularidad no está hecha.

Amante del riesgo o incapaz de escapar del ambiente de peligro en el que se mueve desde niño, el último episodio que tuvo a Matías de protagonista se produjo en agosto mientras conducía su Audi A5. Por razones poco claras el vehículo terminó empotrado contra un camión de reparto y él sufrió lesiones leves.

Matías parece empeñado en vivir al límite. En el 2008 tuvo choques con la policía y tres años más tarde la casa de la familia fue objetivo de un tiroteo que dejó los muros de la fachada como un colador.

Hace un par de años circularon imágenes suyas rodeado de narcotráficantes (en especial del clan rosarino Los Monos), barrabravas (fanaticos violentos y hasta criminales del fútbol) y sus aventuras en su Rosario natal son célebres en el sentido más negativo del término.

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