La Juventus estará en el bombo del próximo viernes 16, situación impensable durante dos tercios de un partido de claro dominio local, hasta que el peso de la historia y el oportunismo de Higuaín voltearon una eliminatoria que estuvo muy a favor del Tottenham.
El primer acto fue un monólogo de los «spurs», con mayor intensidad y ritmo que la Juventus, sobre todo en los metros finales, donde la velocidad de sus atacantes desarbolaba con facilidad al equipo italiano. Pochettino tiró la defensa treinta metros por delante de Lloris y dificultó la salida de balón turinesa con una presión alta que generaba muchos problemas a Benatia y Chiellini. Tampoco Pjanic, el futbolista con más talento de la Juventus, tenía la mente fresca. Ahogado por el trabajo colectivo del Tottenham en tareas defensivas, apenas tuvo contacto con el balón, y Khedira y Matuidi no tuvieron tampoco el peso necesario para romper le hegemonía del Tottenham en el centro del campo, según recoge Rubén Cañizares en ABC.
Ni siquiera el claro penalti de Vertonghen a Douglas Costa, en el minuto quince, justificaba el nivel de los turineses. Szymon Marciniak se llevó el silbato a la boca, pero no encontró respuesta positiva del árbitro de área y echó marcha atrás en su decisión. Las quejas juventinas tampoco hicieron cambiar la postura del colegiado polaco, que no tuvo su noche. Mediada la primera mitad tampoco señaló otro nítida pena máxima de Benatia, por agarrón a Vertonghen y bien pudo expulsar a Barzagli por un triple pisotón a Heung-Min Son sin balón de por medio.
VÍDEO DESTACADO: Higuaín
