Oiarzabal: "Traté a Edurne como una hija y este tema tiene que estar zanjado"
El alpinismo español ha centralizado durante las últimas semanas el foco de atención de la prensa, y no precisamente por motivos deportivos, sino por la gresca generada entre dos de los deportistas de la montaña más representativos del panorama español: Edurne Pasabán, la primera mujer del mundo en escalar las 14 cimas de más de 8.000 metros, y Juanito Oiarzabal, con más de 25 ochomiles a sus espaldas.
El inicio de la historia parecía una oda al alpinismo. Juanito Oiarzabal y su expedición descendían, con dificultad y muchos problemas, el Lothse, mientras que el grupo de Pasabán se encontraba en el vecino Everest buscando hacer la cumbre sin oxígeno. Así, ante la problemática del primer grupo, la alpinista española acudió con su equipo al rescate de los montañeros, y su colaboración fue clave para salvar las vidas de tres de ellos —La montaña da la razón a ambos–.
No obstante, la recuperación posterior de Juanito Oiarzabal trajo consigo una ristra de reproches y malas palabras en público hacia Pasabán y su equipo, pues les acusó de haber utilizado su rescate en el Lothse para tapar el «fracaso» de su expedición. Además, el rudo alpinista dijo que la expedición de la vasca «no se meneó» del campo base hasta el último momento y estuvieron «tocándose las pelotas» mientras él descendía en un estado lamentable —Oiarzábal a Edurne: «Se le ha ido la olla»–. El trasfondo de la cuestión para el alpinista, radicaba en la forma errónea en que se había gestionado la comunicación del rescate por parte del equipo de Pasabán.
Las reacciones no se hicieron esperar, y Edurne Pasabán se mostró desolada y entristecida por las declaraciones de su compañero, que habían puesto al alpinismo español en el centro de la polémica en los medios de comunicación —«Las críticas de Juanito hacen mucho daño al alpinismo español»–:
«Estamos dando una imagen mala. El deporte transmite unos valores que no son éstos».
No obstante, la deportista donostiarra se apresuró a reconocer algunos de los datos aportados por Oiarzabal, y admitió que si no habían escalado finalmente al Everest no fue como consecuencia del rescate, sino por una mala planificación.
Además, otras voces se alzaron en torno al conflicto, como la del montañero Carlos Soria, presente en el rescate, que echó más leña al fuego —Carlos Soria: «Siempre que Edurne Pasabán se acerca a los heridos, lo hace con su grupo de fotógrafos–:
«Me parece injusto que saquen imágenes como si fuera el rescate del siglo. Siempre que Edurne Pasabán se acerca a los heridos, se acerca con su grupo de fotógrafos. No hay rescate a Juanito. Juanito se ha salvado la vida el solo».
RECONCILIACIÓN CON DE LA MORENA
Finalmente, los dos alpinistas se encontraron en directo en El Larguero de la Cadena SER con José Ramón de la Morena y Sebastián Álvaro (alpinista y creador de Al filo de lo imposible), se pidieron disculpas y trataron de solucionar los malentendidos vividos en la montaña —Pasabán y Juanito en El Larguero–:
José Ramón de la Morena: ¿Y entonces qué ocurre, Edurne?:
Edurne Pasabán: Yo no lo sé tampoco.
J. R. M.: A Juan lo ayudáis cuando quedan 100 metros…
E. P.: Sí, cuando estaba llegando. […] Yo sé que Juanito está dolido, pero no creo que su enfado sea solo por la nota de prensa esa porque se puede interpretar de muchas maneras. Yo no la redacté. De hecho, yo dije en mi blog dos días antes que no podíamos hacer cumbre en el Everest y que no me iba a buscar excusas ni con el rescate ni con nada.
Sebastián Álvaro: ¿Y no habría sido más fácil decir que la convocatoria de la rueda de prensa con esa nota no la habíais hecho vosotros?
E. P.: Es que yo me entero de las declaraciones de Juanito cuando llego a Madrid, y no encontraba el motivo de lo que pasaba hasta que me dijeron lo de la rueda de prensa. Aunque creía que todo venía por las fotos de la llegada, pero yo eso no lo podía controlar. […] Y pienso que sí, se puede hacer otro comunicado, o se puede decir que yo no soy… Pero estaremos de acuerdo que tampoco es para ponerse así…
Una vez introducidos los distintos datos de la historia, José Ramón de la Morena dio paso al otro implicado en el asunto, Juan Oiarzabal:
Juanito Oiarzabal: Primeramente quiero pedirle disculpas públicamente a Edurne. Por las formas, que me pierden, que no me sé contener y cuando estoy enfadado saco toda mi rabia. Ella me conoce bien y sabe que aunque me haya expresado mal y estoy arrepentido de la forma, me vuelvo a ratificar otra vez.
A partir de ahí, el escalador pudo dar las razones que le habían llevado a enfadarse tanto y a acometer la serie de declaraciones subidas de tono que realizó durante la semana pasada. Por su parte, Edurne Pasabán hizo lo propio para sellar la paz:
J. R. M.: Edurne, ¿esto cambia un poco? ¿Te aclara algo?
E. P.: Nos conocemos mucho y yo ya imaginaba eso. Yo solo decirte Juanito, que no te des tanto por aludido por estas notas de prensa en las que no se da tu nombre, y que quizás se podrían haber redactado de otra manera… Yo, si a ti te ha llegado tanto todo esto, y en lo que a mí me incumbe pues tengo que pedirte perdón. […] Creo que tenemos que cerrar el libro ya, yo me olvido de todo esto, espero que Juanito también y espero que algún día volvamos al Himalaya y hagamos lo que nos gusta que es escalar montañas y dejarnos de estas tonterías.
Finalmente, y con alguna discrepancia sin arreglar, Juanito Oiarzabal tuvo unas palabras amables hacia su colega alpinista:
«Tuve mi época con Edurne, fue una época muy bonita y la traté como a una hija. Todo este tema tiene que estar zanjado».