Bruno Hortelano no pertenece a ese 5% de elegidos, aunque su prestigio como velocista aumenta vertiginosamente
Hace cuatro años, Usain Bolt ganó en Londres los 100 y 200 metros en los Juegos Olímpicos.
Tres años después, este 22 de julio de 2016, disipó dudas en una noche de lluvia y frío. Ganó el 100 y envió un mensaje devastador a Justin Gatlin, que no soportó la presión en los Mundiales de Pekín.
Este viernes regresó a la capital británica para medir su estado de forma después del tirón muscular que le impidió competir en los campeonatos de Jamaica.
Las noticias son excelentes para Bolt: ganó con una marca moderada para él (19,89 segundos), pero inalcanzable para el 95% de los especialistas.
Bruno Hortelano no pertenece a ese 5% de elegidos, aunque su prestigio como velocista aumenta vertiginosamente. En la templada noche londinense, hizo la carrera de su vida.
Alineado en la novena calle, la exterior del estadio, se midió a Bolt y un grupo de notables, varios de ellos por debajo de los 20 segundos, caso del panameño Alonso Edwards, subcampeón del mundo en 2009, Adam Gemilli, el británico de ascendencia iraní que vuelve recuperar todo su potencial, o el francés Lemaitre, el más consistente de los europeos blancos en los últimos años.
Poco importaba que la marca de Hortelano (20.39 segundos) fuera la peor de los participantes.
Se anticipaba un nuevo récord de España, y lo consiguió con un bocado impresionante. Lo dejó en 20.18 segundos.