Carpintero de formación, con 12 años se unió al Club Alpino Suizo y allí desarrolló una gran fascinación por el "contacto con la naturaleza y los acantilados"
El alpinista suizo Ueli Steck, que coronó en solitario las cumbres más altas del mundo, ha muerto este domingo 30 de abril de 2017 en el Everest a los 40 años, según ha anunciado la Federación de Alpinismo de Nepal (NMA).
«Esta mañana tuvo un accidente en el Nuptse y murió. Parece que resbaló«, ha declarado el presidente de la NMA, Ang Tsering Sherpa, refiriéndose a una de las montañas satélite del Everest.
Conocido como ‘La máquina suiza‘, por el ritmo que necesitaba durante sus paseos, en 2012 alcanzó la cumbre del Monte Everest sin oxígeno, y en 2015 subió los 82 picos alpinos más de 4.000 metros en 62 días. Ganó dos Piolet de Oro, en máximo galardón en el mundo del alpinismo, en 2009 y 2014.
Carpintero de formación, con 12 años se unió al Club Alpino Suizo y allí desarrolló una gran fascinación por el «contacto con la naturaleza y los acantilados».
Aunque sus detractores criticaban la falta de pruebas fotográficas y GPS que justificaran algunas sus hazanas, Steck se lo tomada como un asunto de «celos» que tenía que aceptar.
«Todo esto lo hago por mí en primer lugar».
«Steck es deudor de otros visionarios del alpinismo como Reinhold Messner, Erhard Loretan, Mark Twight o Steve House, tipos que siempre defendieron que un gran alpinista debía ser también un gran atleta», contaba Óscar Gogorza en el PAÍS en noviembre de 2015.
«Todo para ser más veloz y eficaz, todo por conquistar las grandes paredes del Himalaya donde aún le quedaban retos inimaginables».
Hacia esas moles de nieve y hielo miraba el cronómetro de Ueli Steck.
Para el público español, el suizo es recordado como uno de los participantes en el intento de rescate del español Iñaki Ochoa de Olza, una operación que recogió Informe Robinson.
El alpinista navarro falleció el 23 de mayo de 2008, durante la ascensión al Annapurna, a consecuencia de los daños cerebrales y un edema pulmonar ocasionados por el frío.
El año pasado, Steck y su compañero el alemán David Göttler descubrieron los cadáveres de Alex Lowe y David Bridges, que murieron en una avalancha en el Shisha Pangma en 1999. Había regresado a la montaña más alta del mundo cuatro años después de un altercado con sherpas que le hizo abandonar un intento de escalar el Everest y el Lhotse.
