Se dice que cuando se posee riqueza y fama siempre se quiere más. El problema es que si eres una ‘estrella’ catódica se corre el muy seguro riesgo de que el público de ‘harte’ de ti. En España contamos con varios personajes que de tanto salir por televisión inquietan y empachan. Una advertencia: Si no se paran a tomar un respiro, al final, la audiencia (soberana) tomará cartas en el asunto y será peor.
Leticia Sabater, Emilio Aragón, Carlos Lozano o Inma del Moral son algunos ejemplos de ‘estrellas fugaces’ que gozaron de una popularidad masiva pero que tiraron demasiado de la manta y se perdieron.
Algunos se reciclaron en empresarios, otros fueron pasto de ‘realities’ de segunda y los hay que desaparecieron del mapa televisivo para siempre. Y muchos de ellos se merecían crecer ante las cámaras, no todos eran malos profesionales. Simplemente, el público se cansó de lo mismo de siempre.
En la actualidad hay un grupo de presentadores televisivos patrios que parece no enterarse de que más vale una retirada a tiempo que una derrota. Pero suponemos que cuando el tren está en marcha es difícil parar.
Lista de los cinco presentadores de TV que deberían pensarse muy bien que hacer con su carrera y parar:
Anne Igartuburu: Corazón ‘soso’.
Anne Igartiburu es la perfecta nuera, la cara agradable -sin más- que no causa líos y que no posee fisuras en su corrección. Es la ‘quintaesencia’ del tipo de presentadores que en los años cincuenta agradaban a toda la familia. TVE la ha explotado como representante de una filosofía ‘neutral,’ pero su languidez y sus buenas intenciones ya cansan. La rubia es el comodín para cualquier programa de La1 y no para todo se vale. Pero si hasta su posado en ‘Interviú’ fue soso.
Lo mejor: Su profesionalidad, sus tablas y su belleza.
Lo peor: Su expresión impasible, su cursilería y lo aburrido de su tono de voz.
La alternativa: Que poco a poco se desmelene. Que muestre su cara más canalla y su humor (si es que lo tiene). Tendría su morbo ser su versatilidad al frente de un buen (y escandaloso) reality -y si es en otra cadena, mejor-.
Pilar Rubio: Palos de ciego
Fue la mujer más desedeada cuando tan sólo era una secundaria en ‘Sé lo que hicistéis’ . La ‘tía buena’ oficial de laSexta era lista, divertida y merecía algo mejor que ir ‘alcachofa’ en mano por la calle. Y llegó ‘papá’ Vasile para cumplir sus sueños. Comenzó bien en Telecino al frente de ‘Más que baile’. Se confió, y ‘Operación triunfo 2011’ demostró que áun está muy verde (el show fue retirado en su sexta gala por floja audiencia).
Ahora, Pilar Rubio se ha pasado a la interpretación en la serie ‘Piratas’ y no lo hace muy bien, que digamos. En el primer capítulo -y único emitido hasta la fecha- sólo destaca por aparecer medio desnuda, y eso que se esfuerza por hacernos creer que es una ‘chica mala’. Lo único que ha conseguido es dar un paso atrás.
Lo mejor: Es guapa, muy guapa, es divertida y simpática cuando quiere.
Lo peor: Es inexperta, se pone muy nerviosa en directo y esto le hace parecer ‘borde’ y chula.
La alternativa: Que deje la actuación. Que no se retire aún porque sería recordada como la que presentó el peor ‘OT’ de la historia; pero que se dedique a concursos menores, más sencillos y relajados. Sería perfecta para un dating-show.
Jordi González: El ‘apagafuegos’
De un tiempo a esta parte parece que Jordi González es el chico para todo en Telecinco. Cualquier programa creado a última hora, o el que nadie quiere hacer, él lo defiende. Desde su buena posición en ‘La Noria’, el catalán se pasea sin complejos por entre los muertos (‘Más allá de la vida), se decida a rescatar a firkis de realities pasados (‘El reencuentro’) o intenta dar clases de buenas costumbres (‘las joyas de la corona’).
A González le ha pasado lo contrario al encasillamiento. Se ha difuminado. Quiere hacernos creer que en la diversidad está el gusto y que sirve para todo. Eso está muy bien, pero que se tome un respiro. Se ha quedado sin personalidad y parece ansioso por chupar cámara.
Lo mejor: Es buen profesional, resolutivo y rápido.
Lo peor: Está empeñado en dar una imagen de seriedad y de calidad, negando que lo que hace no es precisamente ‘La carta de ajuste’. ¿Por qué no reconoce que le gusta la polémica y el conflicto? No hay nada de malo en ello.
La alternativa: Que aprenda a decir «no». Que se decante por un estilo y por un programa, sea cual sea, pero que deje de estar en todas partes.
Patricia Conde: Humor rubio
Desde que sustituyese a Imma del Moral en ‘El Informal’, Patricia Conde no ha hecho otra cosa que dar la imagen de rubia con pocas luces que se mete con los demás con mucho humor. Es guapa, divertida y cae bien. Con ‘Sé lo que hicisteis’ parece que ha encontrado el hogar perfecto. No evoluciona y da la sensación de que tampoco quiere hacerlo. ¿Se ha dormido en los laureles? Lo más seguro.
Lo mejor: Es divertida, guapa y posee un encanto que la hace cercana.
Lo peor: Que está encasillada en el rol de rubia tonta.
La alternativa: Debería dejar ‘SLQH’ y enfrentarse a algo que la conecte más con la gente. Un programa de entrevistas o de citas, por ejemplo, pero sin perder nunca su gracia y desparpajo. También tiene madera de actriz cómica.
Jorge Javier Vázquez: Torres más altas han caído
Se le critica mucho. Pero lleva la voz cantante en uno de los realities, perdón, magacines de más éxito de la televisión. Está pagado de sí mismo, tiene tendencias tiránicas y gusto por la sangre moral, características que le convierten en el prefecto anfitrión de ‘Sálvame’. Le pese a quien le pese, Jorge Javier Vázquez es un gran comunicador. Es rápido de reflejos, espontáneo, irónico, gracioso y valiente. El problema es que ya agota.
Al presentador le vemos cuatro horas al día, más otras cuatro los viernes en ‘Sálvame Deluxe’. Ahora, además se ha puesto al frente de ‘Supervivientes 2011’. Todo parecía indicar que este sería el golpe de gracia para que la audiencia le retirase el saludo por ‘pesado’, pero no fue así ya que el reality ha sido todo un éxito.
Vázquez debería aprender del pasado, como cuando, tras finalizar el ‘Aquí hay tomate’ se quedó un año rogando por que le contrataran. Ahora, el premio Ondas más discutido se pasea como dueño, no sólo del ‘cortijo’, si no de Telecinco.
Lo mejor: Es un gran comunicador, tiene humor y buenos reflejos. Es muy difícil hacer lo que él hace cada tarde.
Lo peor: Su malicia, su falta de escrúpulos y de autocrítica, así como la ‘rabietas’ que pilla cuando se meten con él.
La alternativa: Que poco a poco se vaya marchando de ‘Sálvame’ antes de que se hunda (inevitablemente) el barco y que se dedique a hacer realities semanales, que no se le da tan mal.