Consigue un discreto 12,5% de share mientras que 'La Noria' un estupendo 16.9%

¿’El Gran Debate’ es una copia barata de ‘La Noria’? ¿ Le ha salido bien la jugada a T5?

El resultado es más serio, fácil de ver, con menos ruido pero demasiado simplón y no aporta nada nuevo a los debates televisivos

¿'El Gran Debate' es una copia barata de 'La Noria'? ¿ Le ha salido bien la jugada a T5?

El gran Debate’ se estrenó el 14 de enero de 2011 en T5. Se habló del paro y de como evitarlo. De eso saben muchos sus responsables ya que el programa no es más que una estrategia para no echar a la gente a la calle tras el escándalo de ‘La Noria’. Pero ¿hablamos del mismo lobo con otra piel de cordero o es un espacio digno e independiente?

EL GRAN RETO

El reto era el más difícil todavía y aún no está claro si se ha superado con éxito. Se quería contentar a todo el mundo pero como dice el dicho: «Para hacer la tortilla hay que romper los huevos». Y la verdad es que en este caso, la tortilla en cuestión ha quedado a medio cocer. Por un lado, había que contentar a los anunciantes, los mismos que salieron despavoridos de ‘La Noria’ tras pagar a la madre de ‘El Cuco’ 9.000 euros por una entrevista.

Había, pues, que distanciarse de todo lo polémico -e identificativo- de ‘La Noria’ para que las marcas pudiesen dormir tranquilas pero, por otro lado, había que mantener al público de toda la vida, aquel que disfrutaba del escándalo y el morbo. ¿Consiguieron la armonía?

Si de algo estaban orgullosos los de ‘la Fábrica de la Tele’ era de haber creado, con ‘La Noria’, el híbrido ‘perfecto’ entre programa de corazón y debate político. Es cierto que mezclar una entrevista a Bono para acto segundo sacar a una tipa sacándose pañuelos de la vagina o alguien similar, era algo difícil de digerir pero funcionaba. ¿Por qué? Porque en realidad, el susodicho debate era igual o más polémico que el resto de contenidos. Con María Antonia Iglesias y cualquiera que se pusiese frente a ella, la sangre estaba servida.

DIFERENCIAS CON ‘LA NORIA’

Y si jugamos a las cinco diferencias, la primera es la evidente. En ‘El Gran Debate’, todas las caras son nuevas, a excepción, claro está de Jordi González y su co-presentadora Sandra Barneda. Formando el elenco de tertulianos pudimos ver a Pedro Alberto Cruz, consejero de Cultura y Turismo de la Región de Murcia; los periodistas Ignacio Escolar, Carmen Tomás y Elisa Beni; Juan Iranzo, vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos y decano-presidente del Colegio de Economistas de Madrid; Isabel López, diputada del Partido Socialista de Cataluña, y Antonio Miguel Carmona, portavoz del PSOE en la Comisión de Presupuestos y Hacienda de la Asamblea de Madrid.

SIN GRITOS PERO SIN NOVEDADES

Claro, si llamas a un programa ‘EL Gran Debate’, no cabe otra que ser excesivos. El plató es gigante, tiene capacidad para albergar a 170 personas. Uno se cree que aquello iba a ser un gallinero pero no, estaban todos muy calladitos y formales. El decorado es funcional y no desentona, a excepción, por supuesto, de ese cartel más propio del Moulin Rouge que de un espacio político.

El tema a debatir es único. El del primer programa, cómo no, era el paro y se abordó de manera explicativa, apta, únicamente, para todo aquel que no ha leído los periódicos, que vive en otro planeta o que ha estado en coma. Y es que lo que se dijo, casi en su totalidad, está trillado. Qué nos descubran, como si fuese algo tremendo, que existe la economía sumergida y que las empleadas del hogar cobran en negro pues como que no llama la atención.

Eso sí, por primera vez en Telecinco, pudimos entender lo que decía un tertuliano sin que el adversario le moliese a gritos. En ese aspecto, ‘El gran Debate’ es una experiencia Zen. Es claro, bien realizado, simple pero sin novedad alguna. Todos decían que hay que crear más empleo. ¿Por qué nadie dijo cómo hacerlo? ¿Por qué al terminar el programa uno tenía ganas de echarse a llorar ante la situación económica? Vale que es desastrosa, pero la naturaleza de estos espacios debería ser la de dar respuestas- aunque sean dispares- no alentar al caos y a la confusión.

Tras ‘El Gran Debate’ en prime-time, llegó ‘La Noria’ en el late-night con todos su habituales pero con un tono más relajado, menos histriónico y aún así, diferente al del programa anterior.

¿OBJETIVO CUMPLIDO?

Si la idea es que la publicidad regresase al prime-time de los sábados, Telecinco puede respirar tranquila. Numerosas marcas se subieron durante las dos horas y veinte minutos que duró ‘el Gran Debate’. A la contra tenemos la audiencia, que no fue muy esperanzadora, y sólo consiguió un 12,5% share. Mientras que ‘la Noria’ se hizo con un 16,9% ¿Está claro ya lo que le gusta al público?

En twitter, las opiniones fueron dispares. Por un lado, muchos internautas tacharon de «cutre» la estrategia de Mediaset de cambiar un programa por otro. También se criticó el «bipartidismo» político que ofrecía y el trato «tragicómico» que se daba al tema del paro.

Pero el espacio de T5 también recibió aplausos de los twitteros ya que muchos aseguraron que «se aprendía, mucho» viéndolo y que lo consideraban un «éxito».

 

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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