Si nos sorprendió el cambio de rumbo que ha tomado ‘Perdidos en la tribu’ en el estreno de su tercera temporada, nos congratuló saber que en su segunda entrega -vista el 25 de abril de 2012- el nivel se mantuvo. Hubo de todo pero aún tenemos la sensación de que queda lo mejor.
Menos mal que este capítulo 2 se retrasó por el fútbol porque lo hubiésemos pasado mal cenando. Ufff, fue divertido de ver, sí, pero difícil. La comida fue el tema estrella de la noche pero dieron ganas de todo menos de comer. Para quién no lo vio, cuatro palabras: vomitar después de comer (y no por enfermedad sino por gusto).
Fue una buena entrega aunque hubo, algún que otro momento que, por repetitivo, se hizo lento. Además, seguimos teniendo la sensación de que estamos en el preludio de algo mejor, de que los fuegos artificiales aún no han llegado.
Aún con todo, el show se sigue beneficiado de un gran casting, de unas familias excéntricas que ya están tomando forma. De hecho, ya hemos elegido a nuestros favoritos y a nuestros más ‘odiados’. Pero vayamos por partes y repasemos cómo les ha ido en su segunda jornada a los Merin, los Berhanyer y los San Sebastián.
LOS SAN SEBASTIÁN: «¿Y SI COJO UN CÁNCER?»
Breve introducción sobre este clan de vascos. A ver, son de Bilbao, los padres Mikel y Nanda, se llevan a las mil maravillas y las hijas, Okaritz y Eneritz, van de díscolas. A la familia feliz se les ha unido un espontáneo de nombre Billy que no es otro que el novio de la última aunque llevan saliendo dos meses. Los cinco se fueron a las áridas tierras de Togo, al oeste de África, en la tribu Tamberma y ya la primera noche hubo conflicto porque las chozas eran muy pequeñas.
Pues bien, hay que decir que ya tenemos personaje ‘diana’ en ‘Perdidos en la tribu 3’. Se trata de Okaritz, la hija menor que no entiende que dar juego en un reality no es lo mismo que hacer que la audiencia desee tu desintegración inmediata. Es que la niña provoca instintos violentos. Eso sí, te partes con ella.
El gran momento de Okaritz en este capítulo dos fue cuando las mujeres de la tribu la obligaron a meter los pies en una charca. Ella enloqueció argumentando que eso era una guarrada, que era agua sucia y va y le suelta a la buena de su madre:
¡Que no! ¡Que yo no me meto ahí! ¿Y si cojo un cáncer?
¡Qué gran frase! Pero no contenta con eso, va y rompe una vasija de altísimo valor para los Tamberma y por poco la queman como sacrificio a los dioses –VER MOMENTO EN VÍDEO-.
También vimos las primeras valoraciones de los jefes de la Tribu y, como era de esperar, las quejas se centraron, casi completamente, en Okaritz a la que le dijeron:
Gritas demasiado y no te esfuerzas por trabajar. Tu cara no está feliz y nos confundes. No sabemos si eres una mujer o una niña. Por eso, trabajarás como una mujer y repararás nuestras casas.
El jefe de la Tribu también tuvo sus ‘perlas’ para el resto de extranjeros:
Eneritz, tu estás feliz pero juegas y no trabajas. A partir de ahora trabajarás de verdad y ayudarás a tu hermana.
Nanda, sales a trabajar, pero no haces nada. Eres joven y fuerte pero pareces la anciana del poblado, cuando salgas a trabajar tendrás que dar un buen ejemplo.
Mikel, eres el más importante. Por eso necesitamos que estés fuerte otra vez y trabajes. Nuestro hechicero ya te ha quitado el mal, ahora podrás volver a trabajar la tierra.
Billy, tu cuerpo es fuerte pero tu alma es débil. Tienes que involucrarte más en las tareas. Por eso tú serás quién consiga alimentos para todos. Confiamos en que lo harás bien.
LOS BERHANYER: «NO BEBAS SANGRE QUE PUEDES PILLAR EL SIDA»
Nos reiteramos, los Berhanyer son los mejores de todo. Teníamos miedo a que su encanto fuese flor de un día pero no. Y todo gracias a Marie, la novia del padre de familia, que es una Carmen Lomana igual de pija pero más maja.
Con los de Marbella vivimos los momentos más asquerosos como cuando, aterrados, observaban cómo los Siru (de Etiopía) vomitaban lo recién engullido como acto casi religioso. Y si eso fue horrible, lo peor llegó cuando les convidaron a beber sangre de vaca directamente succionada del animal, algo a lo que Marie se negó por miedo al SIDA aunque terminó cediendo. Eso sí, su frase del después, es antológica:
Beber sangre ha sido horrible pero lo gracioso de todo es que a mi me encanta la morcilla.
Otra gran secuencia tuvo lugar en el río, cuando el padre y el hijo Berhanyer se fueron a bañar con los hombres de la tribu. En primer lugar, les obligaron a desnudarse aunque se negaron con vehemencia mientras que los locales estaban en pelota picada y les pedían que les dibujasen el cuerpo con las manos -lo que incluía ‘sobar’ las partes nobles de los indígenas-. El comentario de Elio fue fantástico:
Hay que ver qué grande la tienen esta gente. Yo no quería tocarles pero ellos me lo pedían. Fue horrible, nunca he hecho nada así.
Por todas estas cosas, las valoraciones de los Sirus no fueron buenas para ninguno de los Berhanyer. Uno a uno, el jefe de la tribu les dijo:
Marie, cuando llegaste parecía que te gustábamos, pero ahora nos dices que no a todo. Haces con el cuerpo lo que te pedimos, pero no con el corazón. No escuchas, hablas mucho y no obedeces a los hombres. De esta manera nunca serás Suri.
Juancar, te esfuerzas por conocernos y eres quién más nos gusta. Eres el primero en hacer las cosas que hacemos los Suri. Tú debes ser quién contagie a tu familia. Pero antes debes controlar a tu mujer, y no dejar que ella haga lo que quiera.
Liz, les gustas a nuestras mujeres pero a ti no te gustan ellas. Para ser una Suri deberás parecerte a una Suri. Tendrás que hacer lo que hacen ellas, tendrás que verte y actuar como ellas.
Elio, debes parecerte más a tu padre. Él no pone distancia con los Suri, pero tu si. Para ti, ir al río fue solo un baño, pero es un lugar de unión entre hermanos. No debes temer que un hermano vea tu cuerpo desnudo.
Eso sí, lo mejor será ver la semana que viene, cómo intentan raparle el pelo a Marie.
LOS MERINO: HAMBRE DE TODO
Los Merino -Carlos, Víctor y Cristina (los hijos), Marisol (la madre) y Carlos (el padrastro)- son los que más hambre han pasado. Pero el trauma se lo llevó Cristina, quién no paró de llorar al descubrir que el plato estrella de los Shiwiar es ‘chicha’, una delicia local cuyo ingrediente secreto son… escupitajos.
A los del Amazonas no les ha sentado nada bien los gustos gastronómicos de los invitados y en las valoraciones, el jefe de la tribu les dijo:
Visitantes que queréis pertenecer a nuestra tribu, habéis llegado hace poco tiempo navegando por el río, y es momento de que sepáis lo que hemos pensado de vosotros.
Carlos, pareces un buen hombre, pero tu cuerpo tan grande es un problema para sobrevivir en la selva. No podemos hacer todo siempre por ti.
Víctor y David, los hijos varones sois hombres fuertes y parecéis ilusionados, sin embargo David, no basta con ser nuestro amigo, tienes que esforzarte más y aprender nuestras costumbres.
Marisol, te quejas demasiado. Debes dar un mejor ejemplo a tu hija, ella imita lo que tu haces.
Cristina, no podemos permitirte que llores cuando preparas la chicha, es nuestra comida sagrada. La has estropeado, y no hemos podido comerla.