Si siempre nos ha causado un poco de desconfianza Rosa Benito, peor efecto nos provoca su marido, Amador Mohedano, ese señor que en cada aparición pública sólo está pendiente del dinero. El matrimonio ya está muerto pero las deudas no. El pasado 29 de abril de 2013, la colaboradora de ‘Sálvame’ se hundió en directo y confesó lo mal que anda de dinero. Lo que no se esperaba es que su esposo llamara al programa y le clavase un señor cuchillo por la espalda.
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Rosa Benito, tras la llamada de Amador: «Me cede los bienes para que no nos quiten nada»
Amador: «Todo lo que me pudiera pertenecer se lo he dejado a Rosa»
Jorge Javier, a Rosa: «Amador no te deja en buen lugar»
Nunca se me olvidará aquella final de ‘Supervivientes 2011’ cuando una finalista Rosa Benito entró pletórica en plató y su marido, tras meses sin verla, lo primero que se le ocurre decirle al oído es:
Si te dan a elegir un coche, elige el más caro.
Esa es la imagen que un servidor, y mucha parte de la audiencia, hemos tenido del matrimonio. Sobre todo de él. Siempre ha dado la sensación de que Amador Mohedano no ha levantado cabeza desde que falleció su hermana, la gran Rocío Jurado. En varias ocasiones, Benito ha confesado que es ella la que mantiene su casa gracias a sus apariciones televisivas. Y mientras que su mujer es la eterna aspirante a ‘reina de la tele’, Amador se revuelve de la envidia mientras se dedica a dar vueltas por Chipiona con la excusa de montar ese proyecto fantasma que es el Museo de Rocío Jurado.
Que Amador tiene celos del estatus de estrella de su señora no es un secreto. Que ese matrimonio hace mucho, pero mucho mucho , que no es un matrimonio también es vox populi. Han tenido que pasar muchos rumores de cuernos, muchas broncas y muchas crisis para que finalmente Benito decidiese separarse del padre de sus hijos. (eso sí, de momento, divorcio no hay y con los líos económicos que les rodean no creemos que llegue).
No voy a negar tampoco que a Benito también le tengo cierta desconfianza. Entiendo que sus ademanes de maruja entrañable hecha a sí misma, algo así como una cenicienta cincuentona, guste mucho al público potencial de ‘Sálvame’ pero sostengo la teoría de que se ha intoxicado del espíritu usurero y manipulador del marido. Pero eso ya pasó. Benito está libre y se ha ‘relajado’. Ojalá, porque no me gustaría pensar que lo que ocurrió el lunes 29 de abril de 2013 es todo un cuento de la colaboradora que, aprovechando que su ‘buena amiga’, Belén Esteban, está de capa caída, ha montado para hacerse unos cuantos ‘Deluxe’.
Eso sí, de ser cierto lo que contó Rosa ese día, la tertuliana necesita dinero urgentemente. La mecha del drama la encendió, cómo no, Jesús Mariñas. no habían pasado ni quince minutos de su llegada como nuevo colaborador de ‘Sálvame’ cuando soltó su veneno contra Benito y especialmente contra Amador Mohedano,contra su mal hacer como representante de su hermana y contra su obsesión por el dinero.
Jorge Javier Vázquez le preguntó a su tertuliana si había hablado con su marido recientemente y ella dijo:
No. No tengo ni ganas.
También insinuó Benito que el dichoso Museo de Rocío Jurado no tiene previsto su inauguración en poco tiempo, que es otra manera de decir que eso no va a ir a ninguna parte. Entonces, la pregunta era: ¿Por qué sigue Amador en Chipiona?
En ese instante, Rosa se desmoronó y llorando se fue del plató, seguida, obviamente, por las cámaras del programa, por Jorge Javier y por Mila Ximénez.
Se montó el numerito lacrimógeno y tras el regreso de Rosa, ésta confesó que:
Estoy mal porque me he enterado de algo que me ha dolido muchísimo. No puedo más. Una lucha diaria, perdonadme, no puedo mas.
Benito aseguró tener que hacerse cargo de más de 6.000 euros al mes de deudasy de ese dinero , 3.100 euros son para pagar la dichosa nave para el museo de Chipiona. Es decir, que todo lo que debe Amador, lo tiene que sufragar la esposa.
Obviamente, a los de ‘Sálvame’ les faltó tiempo para llamar a Amador Mohedano. Este habló con un redactor y , al parecer, puso a parir a su señora. La conversación al detalle se sabría al día siguiente. Parecía que se iba a quedar ahí el asunto pero, de pronto, el marido de Rosa Benito llamo y lanzó un discurso sin derecho a réplica:
Solamente llamaba para decir una cosa y cuelgo. Me habéis llamado durante ocho meses sin parar y hoy, después de ver a Rosa llorar que es algo que me rompe el corazón… Preguntasteis si es verdad que ante notario he dejado todo lo que me pudiera pertenecer tanto la nave, como lo pisos, las plazas de garaje, los trasteros, la casa de Chipiona. Todo se lo he dejado firmado ante notario para que ella haga lo que ella quiere hacer (…) Reconozco mi culpa. Renuncio ante notario a todos mis bienes y se los cedo a ella. No tengo nada más que decir.
Y colgó de mala manera. Benito se quedó como si tal cosa. Parecía harta de todo y se limitó a decir:
Es verdad lo que ha dicho, pero es que me cede los bienes para que no nos quiten nada.
Y ya puestos, Benito decidió contar aquello de lo que se había enterado hace poco y que tanto la había desestabilizado:
Mi marido se ha hecho un posado para la revista ‘Hola’ y no me ha dicho nada.
Lo siento mucho pero la sombra de la duda está ahí. Benito suelta la semilla, la semana que viene el marido lanzará sus bombas, luego, en ‘Sálvame’ se frotarán las manos durante semanas, ella se hará un ‘Deluxe’, lo que aumentará la cifra del de su marido y así durante un mes más o menos (polígrafos incluidos, por supuesto) . Resultado: Bye, bye, deudas.
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