Los días felices para Mariñas en ‘Sálvame’ han terminado: «Mentiroso», «huele braguetas», «pelota». Estos son algunos de los ‘adjetivos’ a los que tuvo que hacer frente el colaborador el pasado 17 de junio de 2013 cuando fue embestido por su compañero Kiko Matamoros.
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Ya estaba tardando Mariñas en protagonizar una bronca en directo. Desde su llegada a ‘Sálvame’ a finales de abril de 2013, no vamos a decir que el veterano periodista no haya dado juego pero también es verdad que sus esperados ataque a la que posiblemente sea su mayor ‘enemiga’, Karmele Marchante, se han quedado en meros chistes y ‘pullitas’ sin importancia. Desde su trono de honor (literal), Mariñas se ha pasado un par de meses contando batallitas y provocando al personal desde el sarcasmo, pero sin mayores consecuencias. Eso ya ha cambiado.
MALOS TIEMPOS PARA KIKO MATAMOROS
Para hablar de la bronca que vimos el pasado 17 de junio de 2013 hay que remontarse a una semana antes cuando, el pasado 11 de junio de 2013, reapareció en ‘Sálvame’ la sombra de Coto Matamoros, antiguo colaborador de la cadena y hermano-pesadilla de Kiko Matamoros. Aquel día, Coto dijo tener una bomba informativa que iba a acabar de una vez por todas con su gemelo, pero hasta el día de hoy no se sabe de qué estaba hablando.
Harto de que su hermano le amenace cada dos por tres, Kiko habló con la dirección del programa y desapareció varios días hasta que el 14 de junio se hizo un ‘Deluxe’ para hablar mal de Coto (entre otras cosas dijo que éste había maltratado a su madre) y para defenderse de unos ataques que, en realidad, no habían ocurrido.
Bien, durante la ausencia de Kiko, algunos de sus compañeros le pusieron a parir, en especial Raquel Bollo y Mariñas. Éste, concretamente, dijo que que en la época televisiva de mayor esplendor de Coto «Kiko era una cero a la izquierda». Además, Mariñas creía que Kiko «iba a lanzarse al cuello de su hermano» y especulaba con que podrían salir a la luz «cosas tremendas» que podrían perjudicar a ambos. Al escuchar estas palabras, Kiko, desde conexión en directo en su casa, dijo:
Mariñas está acabado. La única medallita que se puede colgar es que ha sido el número uno como huele braguetas de este país
LA GRAN BRONCA
Pasaron los días y el 17 de junio de 2013, tanto Mariñas como Kiko Matamoros se vieron las caras (En el ‘Deluxe’ no lo habían hecho). Al principio, ambos parecían tranquilos. De hecho, el espectador pudo notar que Kiko parecía dormirse, como si la cosa no fuese con él. Mariñas, por su parte, dijo no entender tanto revuelo y, aunque siempre alardea de sinceridad, se le notó incoherente y algo falso en su discurso.
No sabe lo que hago realmente, este tipo de guerra no la entiendo. Me parece una postura de siete machos, de matón y de ir con ganas de intimidar. Yo, mi casa, ya la tengo pagada.
Dijo Mariñas nada más hacer acto de presencia.
Kiko no se anduvo por las ramas y fue directamente a por Mariñas, al que llamó inculto y al que le dijo:
A pesar de lo que digas la prensa la leo todos los días, no los medios en los que sueles escribir, que suelen ser bastante reaccionarios. «Creo que sé escribir no como tú, que metes la mano en el saco de las comas y ahí donde caigan están bien. Tienes un mérito,se te puede leer al revés y dices lo mismo: nada.
Mariñas: Es una opinión. Has dicho que estoy acabado y que ‘es un huele braguetas’, que me da lo mismo.
En este punto, pensamos que Matamoros, por no quedar como un homófobo, reculó y quiso dejar claro que:
Lo de ‘huele braguetas’ no lo digo de forma despectiva, es una profesión forma parte de la profesión que han ejercido los periodistas del corazón, has sido el número uno descubriendo rollitos, con quién está fulano, mengano… no tiene ni carácter despectivo ni connotación sexual.
Además, Matamoros quiso dejar claro que él en ningún momento se sintió «un cero a la izquierda » al lado de su hermano y volvió a cargar contra Mariñas:
Eres un miedoso y un ventajista. Coto te acogotó cuando fue a Tómbola y te mostró una grabación y a partir de ahí le estuviste haciendo la pelota.
Más tarde, Mariñas quedó con un mentiroso al comprobarse que no había estado cenando con Kiko, Alessandro Lequio y María Patiño en una ocasión, algo que él afirmaba pero que la propia Patiño a la que llamaron por teléfono, desmintió.
Y lo más fuerte: como era horario infantil, no se pudieron dar demasiados detalles pero Kiko insinuó que entre Mariñas y el arquitecto Ricardo Boffil pudo haber ocurrido ‘algo’ dentro de un ascensor. Por supuesto, Jesús lo negó.
Terminado su enfrentamiento con Mariñas, le tocó el turno a Raquel Bollo, quien dio un discurso larguísimo sobre la lealtad y sobre que no hay que meterse con el compañero porque «todos tenemos familia» (aquí es cuando Kiko y la audiencia casi se duermen) y para colmo, va Mila Ximénez y descubrió la pólvora al decir:
Esto, más que un programa es un reality. Nos tenemos que acostumbrar a resolver nuestras cosas en privado y no delante de las cámaras.
Queridos todos, si le hacéis caso a Mila en esto último, se cierra el chiringuito en un par de semanas.