Gustavo González es una de las más recientes incorporaciones de ‘Sálvame’ y uno de los nombres de los que más se está hablando últimamente. El ex de Antena3, ha sido acusado de tenderle una trampa a Amador Mohedano y por lo tanto, de traicionar a Rosa Benito. ¿Ha sido así? Del divorcio de su compañera y del resto de colaboradores habla el paparazzi en una entrevista que le ha concedido a Kiko Hernández en la revista ‘Qué Me Dices!’
Gustavo González posee mucha información pero no sabe venderla
Así definió Jesús Mariñas a su compañero Gustavo González en una entrevista concedida a ‘QMD!’ y fechada el 10 de junio de 2013. Mariñas fue preguntado entonces por sus antiguos compañeros de ‘DEC’ (A3) que como él, han emigrado a Telecinco y a ‘Sálvame’ en concreto. ¿Tenía razón sobre González? Puede.
Como espectadores siempre hemos visto a Gustavo G. como un tipo curtido que no sólo espera en un plató a que le lluevan las noticias, como el típico paparazzi al que no le importa hacer el trabajo sucio. Tiene su propia agencia, miles de contactos y siempre tiene información que ofrecer. También es cierto que en el ‘cortijo’ se le nota algo despistado. Él no quiere ser un personaje (como lo son el resto), él quiere seguir en su posición y punto. De momento, lo está consiguiendo aunque eso implique que no dé tanto juego (conflicto) como el resto de tertulianos.
Gustavo siempre se ha negado a hablar de su vida privada y eso que se le ha puesto entre las cuerdas en más de una ocasión. En septiembre de 2012, por ejemplo, la ex actriz porno María Lapiedra confesó haber mantenido una relación con él pero el periodista ni lo confirmó ni lo negó, simplemente se mantuvo al margen. Tiene mérito.
Pero últimamente, Gustavo ha sido uno de los nombres más pronunciados en el drama que está azotando (que paren ya, que aburre) el cortijo: Los ‘no-cuernos’ de Rosa Benito. Para que nos entendamos: González fue el primero que le enseñó a su compañera Rosa una fotos en las que su todavía marido (llevan más de año y medio separados), se lo montaba con una señora de nombre Raquel Moragues (oficialmente vedette) en la casa que el matrimonio tiene en Chipiona. Hasta aquí todo bien.
El conflicto llegó cuando Gustavo fue acusado tímidamente de estar detrás de todo este lío de montajes, fotos y tangas rojos, e incluso se llegó a decir la tal Moragues (de nombre artístico Kelly Mor. Tela…) estaba obsesionada emocional y sexualmente con él. González ha negado todo y no ha caído en el juego, manteniéndose siempre en un segundo plano. Esta es una actitud claramente saludable para el estado mental de cualquiera pero también es verdad que en ‘Sálvame’ se exige un poquito más de visceralidad, de drama. Aquí es cuando vemos que Gustavo no sabe venderse del todo (y hace bien).
Pero Gustavo ha hablado claro. Como ya es habitual entre los colaboradores, González ha sido el siguiente en ofrecerle una entrevista a su compañero Kiko Hernández para la revista ‘¡QMD! -publicada el 22 de julio de 2013-.
En primer lugar, Gustavo comienza hablando de la profesión de paparazzi:
Para ser paparazzi debes tener unas condiciones innatas: valentía, osadía. desparpajo, carácter… Es una profesión apasionante, pero dura y competitiva. Aquí se aprende a base de palos, de personajes y colegas.
Mi primer robado fue a la irrepetible Anita Obregón (…). Era tan extravagante, cursi y excesiva que dudaba si era consciente de que la estaban grabando.
Uno de los reportajes más difíciles fue el viaje lleno de falsas pistas, trabas y trampas que hicieron Isabel Pantoja y María del Monte a Galicia.
Me gustaría ver a la Infanta Elena acaramelada y apasionada con una nueva pareja. Sería una bonita exclusiva.
Compaginar esta profesión con una vida familiar es difícil. Tengo cuatro hijos y hace años que me lo tomo con más calma. Antes vivía entre Miami y Mallorca. Viajaba tanto que llegué a firmar un poder notarial para casarme. ¡No podía asistir a mi propia boda!
Si me encontrara con un paparazzi en mi jardín le invitaría a pasar y a tomar café, nos conocemos todos.
González también habla de Kiko Rivera con el que tuvo una estrecha y malograda amistad durante años:
Me llevé muy bien con él. Nos hemos reído y divertido mucho sanamente. Actualmente no tenemos relación alguna. Él sabe que le ayudé, apoyé, consolé y encubrí más de lo confesable. Jamás le traicioné, pero él no hizo lo mismo.
Y sobre el triángulo Rosa-Amador-Raquel Moragues, Gustavo confiesa que:
Amador es como un gato, siempre resucita. Sabe sacar lo bueno de la miseria y rentabilizarla. Rosa está abatida y se merece ser feliz. Espero que ni le perdone, que esta vez sea definitiva.
Finalmente, Gustavo G. habla de sus antiguos compañeros de ‘DEC’ que ahora se sientan a su lado en el cortijo: Chelo, Mariñas y María Patiño (que combina el ‘Deluxe’ con ‘ programa de Ana Rosa’).
A Chelo la veo insegura y tocada. Se equivocó con la actitud con la que llegó. Le faltó humildad y reconocimiento a un equipo que arrasaba con o sin ella.
Mariñas es un ejemplo y ha sentado cátedra, pero tiene la naturaleza del escorpión: si no pica y suelta veneno, no es él.
A Patíño déjala (en referencia a que continúe en ‘Ana Rosa’ y no se pase a ‘Sálvame diario’). Con su pasión, ¡nos mandaría al paro a unos pocos! En serio, creo que está cómoda con Ana Rosa, a la que quiere y admira.