Fue, sin duda, uno de los fenómenos televisivos del 2013, por lo que había mucha expectación con su vuelta. La segunda temporada de ‘MasterChef’ se estrenó en La1 de TVE el pasado miércoles con un aceptable 16,5% de share. Pero el éxito del año pasado ha provocado que los responsables del concurso hayan querido alargar el formato y los espectadores asistieron a un interminable y aburridísimo proceso de casting.
Está de moda alargar los talent-show y hacer del casting una parte más del espectáculo. Eso funciona, por ejemplo, en ‘La Voz’ y con las audiciones a ciegas principalmente porque la idea original es muy potente (un jurado que no ve a decenas de concursantes que pasan por el escenario a un ritmo vertiginoso). El problema es que los casting, por norma general, son repetitivos y tienden a aburrir.
En ediciones extranjeras de ‘Masterchef’ las audiciones ocupan tres o cuatro entregas. Es verdad. La diferencia con España es que aquí el programa dura dos horas, por lo que esa especie de prólogo, se hace eterno.
El año pasado, sin embargo, la estrategia fue perfecta: MasterChef arrancó un un macro-casting, de ahí se pasó a las actuaciones individuales. Ya con los concursantes definitivos comenzó lo bueno: pruebas de equipo, eliminatorias y la primera expulsión. Todo el primer día. Brutal.
Pero claro, Masterchef terminó siendo un éxito (y eso que durante algunas semanas pendió de un hilo) por lo que este año han querido estirar la fórmula lo máximo posible. El primer episodio de la segunda temporada estuvo dedicado a los diferentes procesos de casting. Eso, de por sí, tira para atrás, pero podría haberse solucionado con una postproducción más dinámica. No fue el caso.
Eso sí, se intentó meter (con calzador) ciertos giros que no llegaban a funcionar, tales como la presencia ‘oculta’ de los familiares y amigos de los preseleccionados (parecían que estaban en el confesionario de ‘GH’) o presentar el plato sin su autor para que los jueces adivinaran el perfil del candidato sólo con probar la comida. (Todo muy guionizado, muy falso).
Daba igual cuántos cambios hubiera, el ritmo era lento. Se pasaban una eternidad con cada uno de los aspirantes y para colmo, ninguno de ellos destacó especialmente (excepto la señora mayor que fue acompañada por sus hermanas y que fue expulsada, por cierto). Es decir, no hay favoritos para ganarse el afecto de la audiencia. Vale, aún es pronto. Vamos a esperar.
Jordi Cruz, Samantha Vallejo-Nágera y Pepe Rodríguez, los jueces, están este año, un pelín menos secos y eso es un punto en contra. Tanto peloteo y tanta sonrisita no entretiene. Por su parte, Jordi Cruz, ha aceptado su nuevo estatus de sex-symbol y no dudó en quitarse la camiseta en un momento dado mientras que una de las aspirantes señalaba «lo bueno» que está el cocinero.
Mención aparte merece Samantha Vallejo-Nágera, una señora que, por maja que quiera ser, no es natural ni sencilla. Sigue siendo, y posiblemente será, el eslabón más débil de ‘MasterChef España’.
Y por último, decir que la guapísima Eva González sigue siendo eso, guapa. Ya nos hemos acostumbrado a su presencia gratuita y a su acento andaluz moderado por cientos y cientos de laboriosas horas de vocalización.
LOS CONCURSANTES
Más de 9.000 personas enviaron su solicitud, pero tras varias entrevistas y valorar los conocimientos culinarios de todos ellos, el equipo de MasterChef citó a 2.000 candidatos en Bilbao, Barcelona, Valencia, Sevilla y Madrid.
De esta fase salieron los 500 participantes, que lucharon en el macrocasting de Barcelona por la cuchara de madera. Sólo 50 lograron pasar a la fase final del casting.Y tras las pruebas individuales, estos son los 15 concursantes de la segunda edición española de ‘MasterChef’:
CELIA: Nacida en Guadalajara y criada en Córdoba, Celia es una chica de 27 años que reside en Madrid y trabaja como técnico especialista en radioterapia. Tímida, aunque con tremenda espontaneidad, a Celia le gusta rodearse de gente positiva y entre sus hobbies preferidos se encuentran la lectura, el shiatsu y, cómo no, la cocina. No tiene pareja. Hace dos años terminó su relación con un chico con el que estuvo 8 años y ahora reconoce que, aunque sigue buscando el amor, está muy tranquila consigo misma.
CHURRA: Esta gallega de 71 años sorprende por su vitalidad y su actividad constante, hasta el punto de practicar fitness y zumba. Su pasión por la cocina le viene de su madre y de sus amigas con las que desde muy joven ha intercambiado recetas. Los 50 años que lleva cocinando le han servido para reportarle grandes satisfacciones. Pero aún le queda un sueño por cumplir: regentar un pequeño y coqueto restaurante en su ciudad. Participando en ‘Masterchef’ quiere demostrar que a su edad, los sueños también pueden hacerse realidad.
CRISTINA: Esta empresaria de 42 años está separada y tiene tres hijos. Su afición por los fogones le viene de su infancia ya que su madre no la dejaba entrar en la cocina y eso hizo que se interesará más por algo que ella consideraba «prohibido» indagando y leyendo libros de recetas de todo tipo.
CRISTÓBAL: Granadino de 33 años trabaja como camarero en el restaurante de su padre. Con sobrepeso desde la infancia, a los 19 años decidió empezar a cuidarse y adelgazó 40 kilos aprendiendo a comer de manera saludable.
DANIEL: Valenciano de nacimiento, Daniel estudió Arquitectura y emigró a Rotterdam (Países Bajos) para ampliar sus conocimientos sobre arquitectura y esquivar la crisis. Tras varios proyectos en ciudades como Madrid o Doha (Qatar) regresó a Holanda donde actualmente reside y trabaja. Tiene 33 años y la técnica y el conocimiento de las últimas tendencias culinarias sumado a su gran pasión son sus mejores armas para intentar alzarse con el título del próximo Masterchef España.
EMIIL: realizador de publicidad desde hace 10 años. Se formó estudiando cine y fotografía en Barcelona y ha trabajado como técnico en multitud de largometrajes. Se considera un enamorado del arte y la cultura Nieto e hijo de pescadores, Emil confiesa estar muy enamorado de la que es su pareja desde hace quince años y con la que se entiende a la perfección. Además, tiene un hijo de dieciocho años de una relación anterior que también hace sus pinitos en la cocina.
GONZALO: Tiene 48 años y vive en Dubai, donde es profesor de yoga. Ahora quiere dedicarse a su pasión, la cocina, que ha dejado relegada durante muchos años por su ajetreada vida. Fruto de sus múltiples viajes ha desarrollado una cocina muy variopinta. Alegre y divertida, sin punto medio, tal y como él asegura «o la amas o la odias». Le vuelven loco las mezclas de sabores imposibles, las especias y el picante.
JORGE: Es doctor en Biología, ha participado en expediciones al Amazonas y ha permanecido en una base en la Antártida. Desde el 2008 forma parte del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC y está centrado en el campo de la biología estructural y la microscopía electrónica. Se define como orgulloso y cabezón, y le apasiona su trabajo como ciéntifico. Tiene 36 años.
LOLA: A pesar de sus 22 años, Lola destaca por su formación. Cursa último año de Ciencias Ambientales en Lyon (Francia) donde reside la mayor parte del año, y tiene el título de Piano del Conservatorio. Espera poder terminar la carrera este año para comenzar los estudios de la que es su verdadera vocación, la cocina.
LORENA: Tiene 36 años y es ingeniera de sonido y DJ. A pesar de que su característica principal es su sonrisa, Lorena afirma ser muy competitiva y perfeccionista, y tiene muy claro que ha venido a ganar ‘Masterchef’ para conseguir montar su propio catering.
MARINA: Bilbaína de nacimiento, Marina ha trabajado los últimos 15 años de asistente de dirección. Actualmente, dedica su tiempo al completo a sus tres hijos y a su pareja. Entre sus virtudes destaca el perfeccionismo, el carácter creativo y las ganas de aprender. Tiene 46 años.
MATEO: Estudiante de segundo curso de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza, Mateo es a sus 20 años el benjamín de esta segunda temporada de ‘Masterchef’.
MIGUEL ÁNGEL: Es oficial de servicios funerarios desde hace 17 años, oficio que empezó a desempeñar por seguir los pasos de casi toda su familia. Tiene 41 años y se enamoró poco a poco de la cocina, cuando se fue a vivir solo y fue experimentando con recetas tradicionales.
MILAGROSA: Es estanquera, profesión a la que ha llegado como consecuencia de la crisis. Está casada con un hombre al que adora y juntos tienen un hijo de 24 años. Destaca por ser una persona muy clara y capaz de poner las cosas en su sitio, aunque moleste a los que le rodean. También es muy nerviosa y habladora, con una incontinencia verbal muy divertida.
VICKY: Es carnicera, aunque actualmente está desempleada. La pérdida de su padre hace un año le llevó a tomar la decisión de pasar una temporada al lado de los suyos, dejando de lado su vida profesional. Esta mallorquina ha crecido en una familia de cocineros, aunque su pasión por los fogones se la transmitió su hermana mayor, que ejerció de madre con Vicky y con sus hermanos.
