El talent show infantil de T5 arrasa en su debut con un 25%

Luces y sombras de ‘Pequeños gigantes’, el nuevo éxito de T5: ¿Continuará triunfando o bajará la audiencia?

Un casting maravilloso frente a un montaje y un funcionamiento confusos que adolecen de falta de tensión

Luces y sombras de 'Pequeños gigantes', el nuevo éxito de T5: ¿Continuará triunfando o bajará la audiencia?

Nos esperan meses de programas infantiles en los que los más pequeños de la casa hacen cosas de adultos y nos hacer reír. Tras el éxito de ‘La Voz Kids’, el triunfal estreno de ‘Pequeños gigantes’ (T5) nos confirma que los niños están de moda –La próxima parada será el jueves 18 de septiembre de 2014 con ‘Tu cara me suena mini’–. Pero no todo el monte es orégano. ‘Pequeños gigantes’ no es un programa perfecto, necesita mejorar algunas cosas si no quiere perder adeptos. ¿Qué tendría que cambiar?

La primera edición de ‘La Voz Kids’, versión infantil del famoso talent-show de T5, fue un programa perfecto en todos sus sentidos (realización, casting, montaje…). Era el paradigma de la emoción y del puro espectáculo televisivo incluso para aquellos a los que no les gustan los niños.

Aquel éxito ha provocado que las cadenas se fijen en los más pequeños para esta temporada. El primer ‘hijo legítimo’ que le ha salido a ‘La Voz Kids’ ha sido ‘Pequeños gigantes’, un talent show estrenado en T5 el 9 de septiembre de 2014 ante el 25% de la audiencia. El problema es que hablamos de un triunfo semi-merecido. ¿Cuáles son las luces y sombras de la nueva sensación televisiva? Sólo una advertencia: Son cientos los programas que arrancaron muy bien pero que luego cayeron en desgracia.

LO MEJOR: EL CASTING Y MELODY

Se supone que los niños, sólo por ser niños , ya son una garantía de éxito. Aunque uno tenga reticencia a los programas infantiles, ver a un pequeñín cantando, bailando o soltando chistes es algo irresistible.

Pero hay que tener cuidado, no todos los niños provocan las mismas sensaciones. Por ello hay que aplaudir el casting de ‘Pequeños gigantes’. Durante su estreno, vimos un puñado de benjamines de esos que te hacen gritar: «Ay, que me lo como».

Otro punto fuerte del programa es la elección de algunos, sólo algunos, de los adultos, cuyas funciones se dividen en las de padrinos (coaches) y jueces. Descamos principalmente la figura Melody, quien ha pasado de cantar ‘El baile del gorila’ con menos de 10 años a deslumbran en ‘Tu cara’ me suena y convertirse en una atractiva y carismática jueza en ‘Pequeños Gigantes’.

LO PEOR: EL MONTAJE Y EL GUIÓN

Todo iba muy rápido. No había tiempo para saber quién era quién, para identificarte con los niños y sus familias. El montaje, pues, era confuso. El programa, al menos el piloto, no tenía talento narrativo.

El guión tampoco ayudaba. No había solemnidad. Parecía que todos habían ido allí para pasar el rato. No daba la sensación de que los niños se jugaran algo ‘importante’. Entendemos que se trata de un producto familiar y ‘blanco’, lo que no está reñido con la tensión.

La mecánica del concurso, además, es confusa: Los padrinos (Lucas González, del dúo Andy y Lucas; el presentador Joaquín Prat; la bailarina Marbelys; el actor y cantante Adrián Rodríguez y la cantante Lili Hergueta) tienen cada uno sus propias pandillas subdivididas en tres grupos: canto, baile y ‘talento’ (niños graciosetes). Luego, el jurado (Melody, Angy y Jorge Cadaval) elige a sus favoritos. ¿Había necesidad de tanto lío?

Pero tranquilos, la cosa puede mejorar. Sólo hay que sentarse en la sala de montaje y poner orden. Esperemos que el éxito no les nuble el juicio a sus responsables y se pongan las pilas. El programa, en esencia, merece la pena.

 

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Autor

Sergio Espí

Sergio Espí, guionista y crítico de televisión de Periodista Digital, responsable de la sección 3segundos.

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