Patricia Conde ha metido la pata. Mucho. El pasado martes 25 de noviembre de 2014, la presentadora y su ex marido, Carlos Seguí, tenían cita, programada dos meses antes, en el Juzgado de Instrucción número 1 de Alcobendas. Ella, sin embargo, no acudió alegando motivos profesionales. El problema es que, Conde colgó, horas más tarde, unas fotos suyas en Instagram informando que estaba de vacaciones.
Según informa el diario El Mundo, Conde podría enfrentarse a una pena de cárcel de 12 a 24 meses, por la querella que ha interpuesto el padre de su hijo por presunto delito de «revelación de secretos por particular». Y aunque los dos tenían que presentarse ante la justicia ella no acudió alegando motivos laborales.
Lo llamativo es que esa misma mañana, Conde manifestó en la redes sociales que estaba «de vacaciones desde hace una semana y hasta nueva orden».
Y para colmo, horas más tarde, Patricia colgó una imagen suya en Instagram acompañada del siguiente texto:
¿Y qué se hace en vacaciones? ¿Irse de fiesta desenfrenada a Cuba, México o Miami? ¡Error! Las mamás hacemos limpieza de armarios. Desde el 13 de noviembre estamos de vacaciones. Ya hemos grabado los 10 programas de ‘Killer Karaoke’, pero en un mes estamos grabando más. Voy a seguir con las tareas del hogar y a disfrutar de los 30 días libres.
Tal y como recoge el mencionado diario, «aunque el pasado mes de marzo Patricia Conde y Carlos Seguí anunciaron su separación «amistosa», lo cierto es que ambos llevan protagonizando todos estos meses una guerra por la custodia del pequeño Lucas. Tan tensa es la relación del ex matrimonio que el pasado 9 de noviembre de 2014 tuvo que intervenir la Policía para que se efectuara la entrega del niño».
