El 12 de enero de 2015, La1 de TVE estrenó, tras mucho tiempo guardándola en la nevera, ‘Víctor Ros’, su Alatriste’ particular. Y como la serie de Telecinco, la de la pública es igual de mediocre y de fallida. Eso sí, en las redes sociales no fue tan machacada como la otra, ¿por qué?
Cuando la semana pasada se estrenó ‘Alatriste’, un servidor sólo vio un par de comentarios positivos sobre la nueva serie de T5 frente a los cientos, miles, que la arrastraban por el suelo.
Ayer, día 12 de enero de 2015, durante el estreno de ‘Víctor Ros’ el panorama había cambiado. A los internautas parecía gustarles estas aventuras detectivescas del siglo XIX madrileño. Increíble, principalmente porque ambas ficciones van muy a la par en cuanto a resultados se refiere.
Admito que Víctor Ros parte de una premisa más interesante que la adaptación de las novelas de Pérez Reverte. Un ‘Sherlock Holmes’ cañí. Vale, nos lo quedamos. El problema: que no me creo nada. No me creo ese madrid de época que no es Madrid si no un croma chapucero iluminado, para más inri, con la peor de las luces.
La trama, a rasgos generales no me disgusta. Un delincuente infantil reinsertado por un alma caritativa que, años más tarde, se convierte en un moderno , liberal y apuesto detective. A partir de aquí la historia se divide en dos: El caso episódico (el del piloto era ridículo) y la trama de continuidad, la búsqueda de un Jack ‘El destripador’ patrio que se carga, como colofón final, a uno de los protagonistas.
Este hallazgo en la historia, el transformar la investigación policial en una venganza personal, es lo más interesante de ‘Víctor Ros’, el resto parece una obra de teatro infantil. Todo es tan falso, tan artificioso, tan rechazable. Una cosa es que la historia no sea mala y otra que los diálogos no lo sean. ¡Qué horror de frases estereotipadas e incoherentes!
Y de los actores, la única que está más o menos bien es Megan Montaner. El protagonista, Carles Francino, está mejorable pero la tercera en discordia, Esmeralda Moya está a la altura de la rusa de ‘Alatriste’.
