‘ADN Max’ era la gran esperanza para la nueva temporada de ‘Discovery Max’. Se trata no sólo de un formato que explota la moda de hacer ciencia para todos los públicos sino que suponía el regreso de uno de los grandes monstruos de la televisión como presentador absoluto, Xavier Sardá. El problema es que los resultados no han sido nada halagüeños. ¿Por qué? ¿Es un mal programa? No, en absoluto aunque sí que tiene un problema importante.
Un 1,5% de share fue lo que cosechó el estreno de ‘ADN Max’ el domingo 4 de octubre de 2015. Vale que hablamos de un canal de la TDT pero, por ejemplo, ‘Wild Frank’ hace un 2,5% de media. ¿Qué pasa, que Xavier Sardá es menos popular que Frank Cuesta? Sí, entre otras cosas.
Discovery Max tenía (y supongo que sigue teniendo) muchas esperanzas en su ‘ADN Max’. Suponía un paso más dentro de su estrategia televisiva. Es decir contratar a un personaje muy popular y crear un formato a su medida para competir con cualquier reality, película o serie que emitan en las generalistas. Así nos lo hicieron saber hace un mes, durante el FesTval de Vitoria 2015 donde se presentó el programa.
Xavier Sardá , secundado por Javier López Tazón, redactor jefe de tecnología de El Mundo, el Mago Pop, el divulgador científico Dani Jiménez, el primatólogo Pablo Herreros,la modelo Martina Klein y la presentadora Marta Márquez, además del periodista Carlos Córdoba, presentó ‘ADN Max’ con espectáculo científico incluído.
Como era lógico todo el equipo estaba entusiasmado con el proyecto. En declaraciones a Periodista Digital, Sardá nos confesó que:
Esta es una oferta que es un privilegio, de esas que no se puede decir que no. Semanal, que va de la ciencia desde un punto de vista divertido y divulgativo, con un equipo de gente y unos colaboradores de primer orden.
Ayer brindé con el equipo y dije «por muchos meses, que hoy en día ya es una barbaridad en televisión».
Me estoy reciclando y me voy a poder hacer el chulo.
Puede haber de todo en televisión y pueden coincidir programas políticos y científicos igual que en un periódico conexionan muchos temas.
Todas estas afirmaciones nos vienen que ni pintadas para hablar de los resultados creativos de ‘ADN Max’.
¿ES BUENO EL PROGRAMA?
No es del todo preciso decir que ‘ADN Max’ es el regreso de Sardá, aunque sí lo es como estrella absoluta de un show. Durante los últimos años, el presentador se ha relegado a sí mismo a un segundo término como colaborador político en programas como ‘El gran debate’ (T5), ‘ Al rojo vivo’ o ‘laSexta noche’. Discovery Max le ha dado la oportunidad de recuperarse así mismo como el Sardá de siempre aunque, como él mismo dice, ahora se ha permitido «hacer más el chulo». Vaya si lo hace.
El principal problema del nuevo programa de Sardá es Sardá. Siento mucho decirlo pero es así. Ojo, eso no quita que siga siendo una bestia mediática como pocas pero está desatado. Es irónico, rápido y utiliza su ingenuidad sobre materia científica para hacer de bisagra con el espectador. Perfecto. Lo que ocurre es, por momentos, Sardá parece un gran agujero negro que absorbe todo lo que le rodea. Es egoísta con sus compañeros, les corta, les interrumpe sin motivo y tiene una necesidad de protagonismo que roza la desesperación.
Echar la culpa del poco rendimiento de un programa a su presentador es ilógico. Un servidor no soporta a Frank Cuesta y sin embargo es un fenómeno social. Para gustos los colores.
Hay que darle más tiempo a ‘ADN Max’, hay que dejarlo crecer (y tal vez cambiarlo de día). Es un gran programa. De cuadro que se podría definir como ‘El Hormiguero’ sin entrevistas, lo que no es nada malo, teniendo en cuenta que ambos nacen de la misma casa (la productora 7 y acción). Aquí, la ciencia es la estrella pero no es una ciencia cualquiera, es la que se mastica para toda la familia.
‘ADN Max’ es televisión familiar en el mejor sentido de la palabra. A lo tonto, uno no puede dejar de apartar la vista de la pantalla. Desde la explicación (muy didáctica) de la teoría de la relatividad, a una montaña rusa en una bañera, un móvil cascanueces y, lo mejor de todo, una persona metida en una bañera llena de aceite y un ¡televisor encendido! Ese es el truco del programa, crear espectáculo y emoción con algo tan grandioso y complejo como la ciencia. Además, el ritmo es vertiginoso, ágil, algo atropellado a veces pero bueno.
Quizá , otro de los inconvenientes del formato es que llega tarde. Tras ‘El Hormiguero’ y el ‘Órbita Laika’ de Ángel Martín en La2, ‘ADN Max’ no supone novedad alguna y puede que el aliciente de Sardá no sea bastante para el público. Miremos por encima de las estrellas y respetemos y aplaudamos la alternativa de un tipo de televisión más sana, más estimulante y más competitiva.