Estaba claro que, por fin, Marina iba a ser la siguiente expulsada de ‘Gran Hermano 16’. La «cotilla de pueblo», tal y como la llamó Mercedes Milá, se fue de la casa bajo los aplausos de todos los que no entendíamos por qué seguía allí. Para compensar una salida tan aburrida, el programa se inventó una gala llena de sorpresas y llanto y explotó la única trama que, hoy por hoy, interesa; la de Aritz y Han.
MARINA, A LA CALLE (POR FIN)
Que Marina haya sido la décima expulsada de ‘Gran Hermano 16’ es algo que se me escapa a cualquier tipo de comprensión. Debería haber sido la primera en irse. Su paso por el concurso ha sido inútil y molesto. Para empezar, un servidor tardó semanas en aprenderse su nombre, en saber que existía. Además de su pasión por los inquietantes bebés robots, no había nada en esta joven que la hiciera merecedora de estar ahí.
Pero si por algo ha destacado Marina ha sido por entrometerse en la mejor relación que ha dado este año la Casa de Guadalix de la Sierra; la de Aritz y Han. La rubia, sin saber muy bien por qué (o sí, yo sigo pensando que está enamorada del vasco), hizo todo lo posible-de manera sigilosa- por separar a los dos ‘amigos’, pero le ha salido el tiro por la culata.
El 26 de noviembre de 2015, Marina se sentó en la sala de expulsiones junto a los otros dos nominados, Marta y, curiosamente, Han.
Marta se fue primero porque había sido la menos votada (algo que revela que el público de ‘GH’ es el mismo que el de ‘MyHyV’ y que, por lo tanto, Sofía va a ganar el concurso), Marina y Han se quedaron solos ante el peligro. Por un momento llegué a pensar que el chino iba a salir expulsado, lo que habría provocado no sólo mi cabreo infinito sino mi negación a seguir viendo el reality (hay que tener en cuenta que, al comienzo de la gala, habían actuado Cali y Dandee, lo que ya había superado mi límite de lo tolerable).
Al final, y con alegría, vimos cómo Marina hacía las maletas. Eso sí, antes de marcharse se encargó de dejarle bien clarito a Han que amaba «con locura» a Aritz. A eso se le llama morir matando.
El caso es que, cuando Marina llegó al plató, se llevó un buen rapapolvo por la gran Mercedes Milá (quien por cierto, ‘flipó’ con el muñeco robótico de la concursante).
La expulsada repitió, una y otra vez, que, según ella, Aritz no estaba enamorado de Han y Milá resolvió el entuerto con un simple:
Eres una cotilla de pueblo.
Grande, Mercedes.
EL REENCUENTRO CON LOS FAMILIARES
Teniendo en cuenta que los responsables de GH16 sabían que esa noche Marína iba a ser la expulsada, y que, por lo tanto, no iba a haber mucha emoción, se encargaron de hacer una gala entretenida. ¿Cómo? Llevando a los familiares y amigos de los concursantes a Guadalix de la Sierra.
Cada uno de los ‘grandes hermanos’ entró en una sala en la que se les proponía un reto, si se comprometían a cumplirlo, podían pasar dos minutos (sin tocarse) en compañía de un ser querido. Todos accedieron pero hubo quien se lo pensó más que otros.
La primera fue Marta, que accedió a quedarse sin su maleta por pasar dos minutos con su novio, quien le aseguró que la iba a «esperar siempre».
Luego le tocó el turno a Han y, obviamente, fue lo mejor de la noche. Para empezar, el chino se comprometió a contar 20.000 lentejas para poder ver a su madre (la misma que le criticó en ‘Sálvame’) y a un amigo que, mira tú por donde, es carne de cañón de cualquier reality de T5.
Atención lo que le dijo la madre de Han a su hijo:
Te queremos un montón, no llores más. Cocinas muy bien, pero no llores tanto.
Maravilloso.
Pero tras Han, llegó el gran momento de la noche. ¿Estaría dispuesto Aritz a quitarse su sombrero con tal de ver, durante dos minutos, a Biki, su supuesta novia? El vasco se lo pensó muy mucho pero al final accedió ¿Cómo fue el reencuentro? Frío, incómodo, correcto, triste.
Pero claro, cuando Han salió de ver a su ‘novia’ y se encontró con Han, la escena fue muy distinta. El vasco se abrazó al chino como si no hubiese un mañana, regalándole caricias y abrazos. Eso es amor señores.
Sofía se comprometió a cocinar durante días para todos sus compañeros con tal de ver dos minutos a su popularísima mamá, Maite, quien, por cierto, no dejó hablar a su hija.
Ricky, por su parte, aceptó ser el mayordomo de la casa a cambio de ver a su hermano quien le dejó caer que se olvidara de la supuesta novia que tiene fuera.
Vera se cortó al coleta para poder ver a su hermana, mientras que Niedzela aceptó estar todo el día encima de un monociclo sin pisar el suelo con tal de ver a su madre, quien, por cierto, le insinuó que estaba «gorda».
Y por último, Carlos aceptó estar 24 horas completamente solo (no cambiará el concurso por eso) con tal de ver a sus padres. Ajeno está el chico, todavía, a que su mujer, Ivy (con la que se casó dentro del reality) se lo pasa muy ‘bien’ fuera…
BIKI PASA UNA NOCHE CON ARITZ
El público, a través de una app, decidió que fuera Biki la persona que pasara una noche en la casa de Guadalix de la Sierra. Aritz, al enterarse, la abrazó con alegría. Nada más. Por lo que sabemos, ambos se han pasado la noche charlando.
PRUEBA DE SALVACIÓN Y NOMINACIONES ESPECIALES
Anoche, Raquel Sánchez Silva fue la encargada de dejar la prueba de la Salvación que, en esta ocasión, tenían que encontrar los familiares de los concursantes. Al final fue el padre de Carlos quien la encontró.
Pero había más sorpresas. Anoche fueron los familiares los que nominaron saliendo Aritz, Marta y RIcky como candidatos a la expulsión la semana que viene.