La gala de los premios Goya 2016 emitida este 6 de febrero de 2016 batió récords de audiencia. Más de 3,9 millones de espectadores vieron cómo la película ‘Truman’ de Cesc Gay se alzaba con los premios más importantes. Eso sí, el evento fue un desastre en muchos sentidos: desde la realización a la actitud de algunos invitados hasta, por su puesto, los estilismos.
DANI ROVIRA, CORRECTO PERO SIN MÁS
Estamos de acuerdo que intentar convertir una gala de premios que dura cuatro horas en un programa de entretenimiento es un trabajo casi imposible y muy desagradecido.
El actor Dani Rovira repitió como maestro de ceremonias por segundo año consecutivo y no estuvo mal. Se mostró divertido, activo (muy bien eso de moverse cada dos por tres por el patio de butacas) y, en ocasiones políticamente incorrecto (le dio un buen repaso a Montoro aunque fue demasiado amable con Carmena, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias).
No entendí muy bien el alegato que se marcó Rovira a favor de que nominaran, en alguna ocasión, a Mario Casas. Serán muy amigos supongo, porque si lo que pretendía el actor de gala era quejarse porque Casas no estaba nominado por ‘Palmeras en la nieve’ es que no ha visto la película, de verdad.
Pero como de costumbre, la gala falló en sus números musicales, sobre todo los protagonizados por actores que, aunque crean lo contrario, no saben cantar.
UNA REALIZACIÓN PÉSIMA
Ya lo notamos desde la alfombra roja. La realización de TVE fue un desastre, en especial el sonido (se escuchaban molestos ruidos o, directamente, se apagaba). Es más, durante el arranque de la gala, Rovira se quedó sin ‘voz’ y tuvo que seguir hablando con un micro de mano. ¿En un evento tan importante, que lleva 30 años emitiéndose, no deberían estar ya superadas este tipo de cosas?
Y luego, lo de siempre: planos malos, cámaras en excesivo movimiento y reacciones perdidas porque no se enfocaba lo que se tenía que enfocar. Por no hablar de cómo dejaban a la gente a medio entrevistar durante la alfombra roja (a Rovira le dejaron con la palabra en la boca).
EL CABREO DE PEPÓN NIETO
Los reporteros de RTVE tampoco se lucieron demasiado. Si no que se lo digan al actor Pepón Nieto después de que un periodista de la pública le dijese, sin venir muy a cuento:
¿No estás cansado de que te pongan con las guapas? Las guapas con el… gracioso.
El actor, molesto, le contestó:
Yo tengo mi público, ¿eh? Lo que estoy un poco hasta los huevos es de este tipo de comentarios
Es que vamos a ver, le llamó ‘feo’ así porque sí. Como para no cabrearse.
NATALIA DE MOLINA NO SE CALLA
La gran (y justa) ganadora del premio a la Mejor Actriz por ‘Techo y comida’, Natalia de Molina, se emocionó mucho con su discurso pero claro, no la dejaron terminar por aquello de que cada premiado tiene 30 segundos para hablar (y no aburrir a la gente).
La actriz no quiso callarse y al día siguiente dijo lo que tenía que decir vía Twitter:
No me dejaron acabar y decir lo que quería decir, así que lo grito por aquí: ¡TECHO, COMIDA Y DIGNIDAD PARA TODOS! pic.twitter.com/6K1Dz4MbzC
— Natalia de Molina (@NataliadeMolina) febrero 7, 2016
LA INTENSIDAD DE IRENE ESCOLAR
Irene Escolar, la misma que, un mes antes, había causado mucha polémica por decir que «el capitalismo le hace llorar todo el tiempo», fue la ganadora al Goya como Mejor actriz revelación por ‘Un otoño sin Berlín’. La sobrina de clan Gutiérrez-Cava recogió su premio de manera muy intensa, muy preparada, muy poco creíble.
EL DISCURSO DE ANTONIO RESINES
El presidente de la Academia, Antonio Resines, dio su tradicional discurso de manera torpe, sin ritmo ni gracia, y sin habérselo preparado lo más mínimo (casi no levantaba la vista de su ‘chuleta’).
LOS TERRIBLES ESTILISMOS DE LOS GOYA
No soy ningún experto en moda pero lo de la alfombra roja fue de traca. Vale que la gala coincidió con la fiesta de Carnaval (si no, no tienen sentido los estilismos de de Victoria Abril u Óscar Jaenada, que parecía El Cigala disfrazado de pirata) pero algunas cosas no se ‘perdonan’.
Pero lo peor (a parte del vestido de Yolanda Ramos) fueron los peinados. Belén Rueda debió peinarse con una máquina de algodón de azúcar porque no entendemos ese cardado. Y lo mismo podemos decir de la ganadora a la mejor Actriz de Reparto por ‘La novia’, Luisa Gavas, que parecía Cruella de Vil tras una noche loca.