Hemos visto a Carbonero unos seis minutos en total, en las entradillas, leyendo un guión y poniendo siempre la misma cara
El 19 de julio 2016 se estrenó ‘Quiero ser’, programa que marcaba el regreso de la periodistas deportiva Sara Carbonero a T5 y su estreno en el entretenimiento. Un talent de moda que se podría definir común programa de moda ‘tróspida’. Un show ordinario, un placer culpable, malo pero divertidísimo, cutre a más no poder en el que la mujer de Iker Casillas brilló por su ausencia.
‘Quiero ser’ es el típico formato de verano de T5 similar a ‘Las joyas de la corona’, reality con el que comparte parentezco, presentado por Carmen Lomana en el que la diva pretendía educar a unos cuantos niñatos salvajes.
CARBONERO IS ‘MISSING’
El que nos ocupa ahora también supone el regreso de Sara Carbonero, antigua directora de deportes de ‘Informativos Telecinco’ y también su estreno al frente de un formato de entretenimiento. ¿Cómo lo haría? Hay que tener en cuenta que esta mujer muy expresiva que digamos no es. De hecho es la reina del monosílabo. ¿Lo ha hecho bien? Pues no lo sabemos.
En la primera entrega de ‘Quiero ser’ hemos visto a Carbonero unos seis minutos en total, en las entradillas, leyendo un guión y poniendo siempre la misma cara. Podía estar hablando del Real Madrid o de la crisis del agua en África y hubiese dado igual.
Tranquilos, lo mismo le ocurre a Jesús Vázquez en las audiciones a ciegas en La Voz, que se dedica a estar con los familiares y dar paso a los concursantes. Punto.
Veremos en las galas de los jueves cómo se desenvuelve Carbonero. Nos esperamos nada bueno pero puede que nos sorprenda. O que nos duerma…
LA GUERRA DE LAS ‘CHONIS’
Resulta curioso que un programa sobre moda sea tan increíblemente de mal gusto. Tratándose de Mediaset no podía ser de otra forma.
Una amante del estilo no podrá soportar el talent pero alguien que esté aburrido en su casa y con mucho calor supongo que sí. El show es muy entretenido, muy del estilo ‘tróspido’ que ha inundado Mediaset en los últimos años.
El objetivo aquí es el siguiente: se busca al próximo influencer, es decir al nuevo referente de moda en España entre seis aspirantes. Estos son los siguientes: Cristina Vargas quiere se la nueva ‘it girl’ española; Alicia Alameda tiene un lenguaje propio con sus amigos: «NTR significa entre nosotros No Te Rayes»: Christian Acosta tarda dos horas en arreglarse; Laura Álvarez sueña con tener un chófer que le lleve las bolsas con compras; Esther Vázquez está a favor de la cirugía plástica porque no quiere privarse de comer nada por si se muere mañana; y Marlene Redondo era el patito feo del cole y ahora quiere ser un ángel de Victoria´s Secret.
En resumen: son cinco ‘perras’ y un ‘perro’, malos , malísimos, chonis todos, que se apuñalan por la espalda sin parar y con placer , que van de iconos de la moda mientras compran en Primark sacan las uñas para arañar al contrincante.
Por otro lado, amigos, es bonito frivolizar la moda de esta manera. El glamour, al final, no es otra cosa que un grupo de ‘gatas’ con ínfulas de más. De todo puede sacarse una lección vital. Si lo vemos así, Este programa debería verse hasta en las escuelas. Todo vale si te pones las gafas de la crítica moral.
Los profesores que intentan domar este grupo de ‘salvajes’ son Cristo Bañez, Dulceida y Madame de Rosa, siendo la segunda, la influencer más importante de nuestro país, la gran revelación de del estreno gracias a su naturalidad, simpatía y generosidad.
No sabemos aún si la audiencia respaldará aún o no ‘Quiero ser’ y no tenemos muy claro si es un buen programa o si es un desastre pero, repetimos, si se ve con distancia y autocrítica (como todo en esta vida) puede ser más que disfrutable.
