Es uno de los buques insignia de Telecinco, en especial entre el público joven. Amado y odiado a partes iguales, ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ lleva ocho años y más de 2.000 programas en antena, pero ya se nota el desgaste y el dating-show está pasando por uno de sus peores momentos. ¿Es su fin?
Aunque ‘MyHyV’ ha tenido rachas irregulares en cuanto audiencia se refiere (dependiendo de las tramas, o de los tronistas de turno) lo cierto es que siempre ha sido un referente en Telecinco gracias a un público y a un target comercial extremadamente fiel, los jóvenes de entre 13 a 24 años.
El show presentado por Emma García siempre ha estado rodeado de polémica pero muy respaldado por su público potencial y es uno de sus platos fuertes en el área digital, tanto en la descarga de vídeos como en las redes sociales, donde siempre causa un importante movimiento.
Pero últimamente, en Mediaset están nerviosos. El formato se está agotando.
Según datos de Kantar Media, MyHyV cerró septiembre de 2016 con su peor dato (13,2% de share) desde diciembre de 2014 (12,9%) y, en comparación a septiembre de 2015 (15,1% y 17,3% en Target comercial ), el programa pierde 2,7 puntos en target comercial y 1,9 puntos en share.
Es decir, que cae más en target que en share, algo muy preocupante teniendo en cuenta que el target comercial es lo que mueve a los anunciantes a apostar por el programa o no.
Para colmo, la caída de audiencia es progresiva. El programa lleva un año sin alcanzar el 15%. Cierto es que sigue arrasando, con un 30% entre los jóvenes de entre 13 y 24 años pero, atención, en otoño pasado se llegó a un 41,5%.
Es decir, que los jóvenes, el público potencial de ‘MyHyV’, están abandonando el programa día tras día. Es más, el 11 de octubre de 2016, el programa tocó fondo hasta el 12% de share.
A partir de ahora hay dos opciones: Renovarse o morir. Puede que sea hora de admitir que más de 2.000 programas son muchos, que el trono ya ha dado todo lo que tenía que dar de sí. O tal vez, habría que darle una vuelta, un giro radical, aunque, a estas alturas, sería muy difícil.