Mal fin de semana para Belén Esteban. Primero, el sábado 7 de octubre de 2017, su ya ex compañero de ‘Sálvame’, Kiko Matamoros insultó y ridiculizó a la de Paracuellos hasta límites escandalosos. Al día siguiente, le tocó el turno a Fran Álvarez, ex marido de la mal llamada ‘princesa del pueblo’.
¿Qué más necesitamos para bajar de su ‘pedestal’ a Belén Esteban? Parece que es un ‘ser infalible’ que cuánto más se le ataque, más se crece. Eso sí, el fin de semana del 7 al 8 de octubre de 2017 pasó por un par de golpes lo suficientemente duros para desestabilizarla aunque, sin duda, sabrá sacarle partido.
Nadie va a echar de menos a Kiko Matamoros en Sálvame
Empecemos por el sábado. Esa noche, en el ‘Deluxe’, Kiko Matamoros apareció para despedirse para siempre del programa y aprovechó para cargar, primero, contra el show:
«Nos hemos radicalizado mucho. Hay demasiada visceralidad.
Y teniendo en cuenta que ya no tiene nada que perder, el tertuliano cargó contra su gran ‘enemiga’:
Nunca he invadido la privacidad de Belén Esteban, ni la de sus parejas, ni la de su hija, pero he sido muy crítico con su discurso.
No la rechazo, pero no me gusta.
Belén Esteban representa una España tétrica. Me parece un personaje valleinclanesco, porque es una enemiga de la inteligencia
FRAN ÁLVAREZ DESTAPA TODO LO QUE VIVIÓ CON BELÉN ESTEBAN
El domingo 8 de octubre de 2017, Belén recibió otro ‘golpe’ que, seguro, rentabilizará en un futuro inmediato. Y es que su ex marido, Fran Álvarez, reapreció en televisión para contar, por primera vez, el infierno vivido junto a la colaboradora de ‘Sálvame’.
Ocurrió en ‘Viva la vida’, donde Fran apareció muy cambiado (¿qué le ha pasado en la cara?) y arrancó diciendo que:
He decidido hacerlo porque quería dar mi versión, no por dinero.
«Belén ha hablado más de mis adicciones que de las suyas y me ha echado la culpa a mí de las suyas, lo digo con resentimiento. Si es mi problema lo cuento cuando yo quiera y no tú
Me duele por mi familia, por mi hijo, y quién es ella para contar mi problema. Ella no me ayudaba porque no estábamos juntos. Yo era el débil de ésta situación, me he sentido como un muñeco, cada separación se tenía que enterar todo el mundo, lo contaba en el Deluxe
Estoy aprendiendo ahora a sonreír. Estoy trabajando en el bar y estoy aprendiendo a vivir una vida bonita. Estoy aprendiendo a luchar, a mis 41 años no estoy curado porque esto es para toda la vida y no puedo bajar la guardia»
Nos casamos en régimen de gananciales y cuando nos separamos yo no he pedido nada
Me alegro de que le vaya todo muy bien, no siento ni rencor ni odio, ella a mí si me lo tiene, me ha humillado públicamente
Quizás precisamente porque no siente odio hacia ella, aún no se ha quitado el tatuaje de su brazo en el que pone «Belén»
Me lo quiero quitar, pero no he encontrado el momento y ya ni me acuerdo