El 6 de febrero de 2018, Anabel Pantoja fue la protagonista de ‘Cuéntame’, la nueva (y esquizofrénica) sección de ‘Sálvame’ en al que los colaboradores se entrevistan a sí mismos. La prima de Kiko Rivera habló sin pudor de su dura infancia pero vimos el miedo reflejado en su cara cuando abordó el tema de su tía.
Desde que Isabel Pantoja dijo públicamente que no quería que su sobrina trabajase en ‘Sálvame’, Anabel se puso en el ojo del huracán. La joven colaboradora está, más que nunca, contra las cuerdas.
Anabel es un personaje un tanto ‘inútil’ dentro de ‘Sálvame’ y lo sabe. Se supone que la han contratado para ser portavoz de su familia o para dar una versión distinta cada vez que se hable del clan Pantoja pero siempre tiene miedo a hablar, no aporta exclusivas ni da juego, por no hablar de lo poco que le gusta estar allí.
Pero tras las declaraciones d ela tonadillera, la autoentrevista de Anabel Pantoja tenía su ‘morbo’.
La ‘sobrinísima’ comenzó hablando de su dura infancia y se rompió ante las cámaras:
Tengo pocos recuerdos de mi padre, porque desde los seis años ya no estaba en casa. También pasé largas temporadas con mi tía
Mi padre se fue de casa y hubo un distanciamiento, pero ahora hemos retomado relación. Sé que me quiere, soy su única hija y quiero que se recupere y disfrute de esto que tenemos.
Eso sí, al hablar de su tía sólo hubo halagos:
Mí tía siempre ha estado ahí, su ilusión era tener una niña y Kiko iba a ser una niña pero no lo fue. A los dos meses nací yo. Siempre se volcó conmigo y estuvo pendiente de mí y me regalaba muchas cosas. Cuando se separaron mis padres, no quiso desvincularse. Mi tía actuaba como una madre y me reñía si tenía que hacerlo
Anabel Pantoja y Manuel Cortés, los primos que cuentan con el apoyo de ‘Sálvame’.
Y sobre sus primos, Kiko e Isabel, Anabel no se atrevió a decir nada malo de ellos (obviando que Chabelita cargó contra ella el sábado anterior en el ‘Deluxe’).
Son los hermanos que no he tenido. Tengo más complicidad con Isa por el tema de ser mujer y contarnos nuestras historias. Tengo que agradecerles a los dos que me hayan hecho sentir lo de ser tía, ese sentimiento es el más fuerte.
Ninguno me ha pedido que les defienda nunca. Son familia y me duelen los dos. He intentado que haya una armonía, pero cada uno hace lo que quiere. No tienen una relación íntima de hermanos pero se resuelven y no me ha hecho falta mediar nunca entre ellos.
Anabel también habló de lo mal que lo pasó por su sobrepeso y cómo cambió su vida al ponerse el balón gástrico:
Lo pasaba mal cuando iba a comprar ropa. Kiko tomó decisión de ponerse el balón gástrico al verme a mí. Me decían: ‘Mira la gorda.