El nuevo protagonista de ‘Sálvame’ es Kiko Hernández. El programa está jugando ahora con la profesionalidad de su colaborador estrella, grabándole a escondidas y vendiéndonos que a lo que se dedica realmente es a hacer montajes (algo que, por otra parte no dudamos). Él dice que se quiere ir pero seamos sinceros, todo esto suena a estrategia para crear contenido. Al final, no ocurrirá nada de nada.
El 7 de marzo de 2018, ‘Sálvame’ arrancó con un anuncio muy grave: algo había pasado el día anterior que podría dinamitar el programa entero. Durante una pausa publicitaria dos colaboradores fueron grabados mientras hablaban, destapando así una especie de trama de mentiras, montajes y manipulaciones tan grave que la cúpula de La fábrica de la tele tuvo que intervenir.
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Esto es lo que nos vendieron pero, de momento, no era para tanto. Sobre todo, nos hace mucha gracia que en ‘Sálvame’ se echen las manos a la cabeza con mentiras y montajes, sobre todo teniendo en cuenta que son los primeros en grabar a sus colaboradores en su esfera privada y enorgullecerse por ello.
El caso es que los dos colaboradores que habían sido pillados fueron María Lapiedra y Kiko Hernández. Este se había reunido con sus jefes, prometiéndoles que si emitían el vídeo en su totalidad se iría del programa (No se lo cree ni él).
Al parecer, en su conversación se dijeron cinco cosas muy escandalosas, cinco bombas que, por supuesto, el programa va a ir dando poco a poco para sacar partido de la polémica.
Lo que pudimos ver el 7 de marzo de 2018 fue la primera parte de esta conversación secreta y tampoco es que fuese tan escandaloso, la verdad.
Las cámaras grabaron el momento en el que María Lapiedra le aseguraba a Kiko Hernández que Gustavo González no tiene problemas económicos:
«Yo he visto que tiene pasta en la cuenta, a veces ha entrado en la banca online y lo he visto».
Le confesó María a Kiko Hernández.