Las rocas, algunas de más de 320 kilogramos de peso, que parecen moverse sin intervención humana ni animal
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Las piedras deslizantes del lago seco Racetrack Playa son un fenómeno natural intrigante que se encuentra en el Valle de la Muerte, en California, Estados Unidos.
Racetrack Playa es un lago seco, que muy ocasionalmente se llena temporalmente durante períodos de lluvia.
Lo que hace que este lugar sea único y famoso son las piedras que se encuentran en la superficie del lago seco.
Estas piedras, algunas de ellas de gran tamaño, dejan rastros o senderos largos y rectos detrás de ellas, como si hubieran sido arrastradas por algo o alguien.
Durante mucho tiempo, el fenómeno de las piedras deslizantes fue un misterio, ya que nadie había presenciado el movimiento real de las piedras.
Sin embargo, mediante investigaciones científicas, se llegó a una explicación para este enigma.
La explicación más aceptada es que el fenómeno ocurre cuando el lago seco se inunda durante periodos cortos en invierno.
En esos momentos, una fina capa de agua congelada se forma sobre el lago seco.
Luego, cuando la capa de agua se congela, las piedras quedan atrapadas en ella.
Posteriormente, las temperaturas aumentan lo suficiente como para que la fina capa de hielo se derrita y se convierta en una superficie resbaladiza.
Los vientos fuertes, característicos de la región del Valle de la Muerte, empujan las piedras sobre la superficie de barro y lodo del lago seco, lo que provoca que las piedras se deslicen y dejen detrás de sí los senderos en la superficie.
Aunque esta explicación científica tiene sentido y ha sido ampliamente aceptada, es difícil presenciar directamente el movimiento de las piedras debido a la rareza del evento y la falta de testigos presenciales.
EL CASO ESPAÑOL
El fenómeno de las rocas, algunas de más de 320 kilogramos de peso, que parecen moverse sin intervención humana ni animal y dejar el rastro del camino recorrido, se observa también en España, en el fondo seco de la laguna Altillo Chica en Toledo.
Al estudiar los dos casos, el español y el norteamericano, los geólogos descartaron la versión que afirmaba que las piedras eran transportas por capas de hielo, y aseguraron que la respuesta está en las tormentas invernales y en los microorganismos de la zona, revela ‘Daily Mail‘.
«Se mueven durante el invierno, cuando se producen tormentas con fuertes vientos», explica María Esther Sanz, una de las autoras de la investigación. El viento crea corrientes de agua «de hasta dos metros que serían la causa del deslizamiento».
Sin embargo, el fenómeno sería imposible sin ciertos microorganismos del sector, concluye el estudio.
Las algas unicelulares y otros organismos en el fondo del lago segregan sustancias deslizantes que actúan como una ‘pista de patinaje’ para las piedras.
