Lo tremendo es que en España, personajes como Zapatero, Pablo Iglesias o el propio Pedro Sánchez sigan apoyando al hatajo de ineptos, ladrones y verdugos que oprime y mata de hambre a Venezuela.
La entonces fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega, informó el lunes 12 de abril de 2016 que 20 personas habían sido asesinadas y 17 heridas en linchamientos en los tres meses precedentes.
«Veinte personas han fallecido y otras 17 han resultado lesionadas en acciones de justicia por propia mano».
Eso dijo Ortega, ahora en el exilio por denunciar la corrupción y los crímenes del rñegimen, en una entrevista con la televisora privada Globovisión.
La entonces fiscal señaló que el Ministerio Público tiene abiertas 26 investigaciones relacionadas con esos hechos.
Ortega sostuvo que las investigaciones revelaron que «en la mayoría de estos casos efectivamente la persona (agredida) ha cometido un hecho delictivo».
«Nadie está facultado para tomar esas acciones porque la potestad de la justicia la tiene el Estado venezolano».
Un caso típico es el Roberto Fuentes, un chef de 43 años que fue golpeado y quemado en Los Ruices, un municipio perteneciente a Caracas. (Con esta mala leche queman vivo en pleno Caracas a un inmaduro carterista).
La prensa local indicó que fue linchado tras ser confundido con un delincuente.
El 11 de marzo, vecinos del oeste de Caracas quemaron a un presunto ladrón, según un video y fotografías que circularon por medios locales y redes sociales, en lo que el líder opositor Henrique Capriles calificó como un acto «abominable».
El independiente Observatorio Venezolano de Violencia ha alertado que Venezuela es uno de los países sin conflicto bélico más violentos del mundo, con un total de 27,875 personas que murieron de manera violenta el año pasado según sus cálculos.
La ONG Foro por la Vida ha advertido del aumento de los linchamientos en el país, por lo que exige políticas públicas efectivas para garantizar la seguridad ciudadana.
