En 77 países del mundo todavía existen leyes criminales que castigan, hasta con la muerte, cualquier "conducta homosexual"

La lesbiana que vive con su novia en Irán: «Tuve que esconderla en el armario durante varias horas»

"Tenía 11 o 12 años cuando me enamoré por primera vez de una mujer. Se lo conté a mi prima y reaccionó con horror. Me llamó maricona"

La lesbiana que vive con su novia en Irán: "Tuve que esconderla en el armario durante varias horas"
LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transgénero) BBC

"Una vez vi a una terapeuta y ella comenzó a insultarme. "¿No entiendes que hasta las vacas saben cómo tener sexo normal?", preguntó"

Tras el ataque en un club gay en Orlando, EE.UU., donde 49 personas murieron, alrededor del mundo se organizaron vigilias para mostrar su solidaridad con la comunidad LGBT (lesbianas, gay, bisexuales y transgénero).

En 77 países del mundo, sin embargo, todavía existen leyes criminales que castigan, hasta con la muerte, cualquier «conducta homosexual».

Irán es uno de estos. Allí, cometer un acto homosexual puede conducir a la pena de muerte y ser gay puede ejercer una enorme presión en las relaciones de familia.

Irán es uno de los países que tiene leyes criminales contra cualquier «conducta homosexual».

Sara tiene 23 años y desde hace cuatro años ha vivido con su novia en la casa de su madre. Ambas mujeres le contaron a la BBC las dificultades que han tenido que enfrentar en su vida.

Sara

Yo tenía 11 o 12 años cuando me enamoré por primera vez de una mujer.

Se lo conté a mi prima y reaccionó con horror. Me llamó hamjensbaaz: maricona.

Entonces no me di cuenta de que era un insulto pero supe que, si se lo contaba a alguien más, se burlarían de mí.

Una vez le dije a mi entrenadora que sentía algo por ella y ella me respondió que leyera el Corán.

Cuando conocí a mi pareja, Maryam, hace cuatro años, yo estaba segura de era gay.

Chateamos en internet y cuando fuimos a nuestra primera cita me encontré con una niña, delicada y tan pequeña. Quedé fascinada con su belleza y pensé «¿realmente va a convertirse en mi novia?».

Mi madre escucha nuestras conversaciones por teléfono íntimas. A veces en la mañana revisa nuestra recámara, mira las almohadas y dice: «¿Por qué ustedes dos duermen tan juntas en la noche?».

O sugiere que la cama es muy pequeña y que una de nosotros debería dormir en otra parte. También entra a la habitación sin anunciarse y se asegura que la puerta siempre esté abierta.

Me gustaría decirle que pare, y que esto no le incumbe.

Mi madre me tiene miedo. Yo puedo ser muy violenta. No lesionaría a nadie, pero si me siento bajo mucha presión, me derrumbo.

Ya ocurrió antes y me fui de la casa dos veces. No tenía adónde ir así que regresé unos días después.

A mitad de la noche la escuché llorando y rogándole a Dios que me curara. Es muy difícil.

Fui ingenua al pensar que, debido a que mis primos traen a sus parejas a las reuniones familiares, yo también podía hacerlo.

Mi familia se ha hecho cada vez más hostil y en la fiesta de cumpleaños de mi primo, todos ignoraron a Maryam.

Fue muy incómodo y tuvimos que irnos. Ellos me quieren pero a ella la odian. No puedo soportarlo.

Es ridículo. Una vez, cuando mis tíos vinieron de visita, tuve que esconderla en el armario durante horas.

Cuando mis tías llegaron sin anunciarse, (Maryam) me pidió que la escondiera otra vez para que no tuviera que verlas.

En Irán se alienta a los homosexuales a tener operaciones de cambio de sexo.

A veces me da pena mi madre. Tiene casi 70 años y es una persona religiosa. No puedo discutir con ella y temo que no sea capaz de soportar todo esto.

Yo también creo en Dios y rezo todos los días. Trato de encontrar algo en el Corán que muestre que la homosexualidad puede ser compatible con el Islam. Pero no lo encuentro y no puedo preguntárselo a un imán.

Una vez vi a una terapeuta y ella comenzó a insultarme. «¿No entiendes que hasta las vacas saben cómo tener sexo normal?», preguntó.

Dijo que yo estaba violando las leyes de la naturaleza.

En un momento pensé que la única forma de enfrentar esto sería teniendo un cambio de sexo.

En Irán, ser transexual es considerado un trastorno médico que puede ser tratado, pero aquí es ilegal ser homosexual.
A veces se alienta a la gente a tener cirugía para que no «caigan en pecado» viviendo como homosexuales.

Los médicos no te dicen con honestidad si ellos piensan que ser transexual realmente necesita una operación, así que la gente a menudo queda confundida.

Tuve 10 sesiones con una terapeuta que me analizó y me colocó en la lista para cirugía, pero no creo que pueda someterme a ella.

Podría arrepentirme. Además, mi pareja lo odiaría. Podría dejarme.

Y no hay forma de volver a lo que eras antes si cambias de idea. Conozco a personas transgénero que después de la operación sufrieron depresión y problemas de salud mental.

Vi a una mujer en una clínica que había tenido cirugía para convertirse en hombre.

Muchos salieron a las calles de Londres para mostrar su solidaridad con las víctimas del ataque en Orlando.

Estaba llorando y rogándoles que revirtieran la operación. Decía que no podía vivir en el cuerpo de un hombre. Yo estaba horrorizada.
De cualquier forma yo tengo una apariencia bastante masculina. Tengo cabello corto, uso jeans holgados, llevo un reloj de hombre y zapatos deportivos.

Me encanta el poder que tienen los hombres y me encanta comportarme como un hombre en mi relación.

A veces cuando veo a parejas heterosexuales me siento débil porque no puedo proteger a mi pareja como quisiera.

Cuando salimos juntas Maryam y yo, la policía moral nos ha detenido y nos ha interrogado.

Una vez estábamos en el parque y me quité el velo. Un hombre se acercó y me preguntó si era mujer y yo dije: «sí».

Me dijo que fuera con él, pero cuando le mostré la tarjeta que me dieron en el centro de terapia transexual, me dejó ir.

Esa tarjeta significa que tengo permiso de salir a lugares públicos sin llevar un hijab (velo). La idea es que te permiten vivir como hombre antes de la operación.

El ataque en un club gay en Florida provocó muestras de solidaridad con la comunidad LGBT en todo el mundo.

Ahora ves a muchas mujeres jóvenes como yo en las calles y es un poco más relajado de lo que solía ser. Pero hace unos años cuando yo caminaba por Teherán, me sentía constantemente insegura.

Me preocupa que si me detienen y revisan mi teléfono y encuentran fotos o ven los mensajes de texto a mi pareja, me lleven a la cárcel o confisquen mi pasaporte, o incluso me ejecuten.

Me gustaría casarme con mi pareja. Quizás un día cuando salgamos de Irán eso será posible.

La madre de Sara

No sé si esto es un tipo de enfermedad o qué es. Bajo el Islam es pecado. Ella no acepta que lo diga, pero no está bien.

Supe desde el principio que su relación no era sólo una amistad. Sus otras amigas estaban bien. Conocía a sus familias y sus antecedentes.

Pero esta mujer es una total extraña. No sé cómo se conocieron.

Solían salir juntas y mi hija regresaba a la casa muy tarde. Me decía que su amiga era muy joven y que no sabía cómo regresar a su casa así que tenía que llevarla a la estación de tren.

Pensé que sería mejor si se quedan en la casa juntas. Es peligroso estar afuera. Es mejor estar en casa que andar deambulando en los parques o incluso en los hoteles.

Así fue como esta mujer se fue quedando a vivir en mi casa.
Yo no interfiero. Esta mujer vive aquí cómodamente. No sale de la habitación cuando mi hija no está en casa. Ellas incluso comen en su habitación.

Sé lo que está ocurriendo, pero me quedo callada. Trato de evitarlas. En lo posible trato de salir para no tener que verlas.

Odio a esta mujer, pero por el bien de mi hija la aguanto en mi casa. Mi hija está atrapada entre ella y yo.

Si ella fuera una amiga normal, yo no tendría ninguna objeción. No quiero que mi hija esté sola y es bueno para ella tener una amiga cercana.
Si sólo fueran amigas normales, yo misma le pediría que se quedara con ella por el resto de su vida.

Pero sé que esta mujer es grosera y desvergonzada. Es coqueta y descarada todo el tiempo. Está corrompiendo a mi hija.

Se aprovecha de Sara y la hace gastar dinero. Son como amantes y compran cosas para regalarse.

Yo fui amable con esta mujer. Le di consejos de madre y le pedí que encontrara un esposo, pero ella se lo contó a mi hija y se molestó.

Mi hija está muy sola y creo que si le digo algo a esta mujer romperé su corazón.

Tengo mucho miedo de decir cualquier cosa. Si provoco que esta mujer se vaya de la casa, mi hija podría hacerse daño y yo me lamentaría por el resto de mi vida.
Podría incendiar la casa. Una vez amenazó con hacerlo. Me preocupa que se lesione así que me quedo callada.

Odio hablar de esto. Si tan sólo Sara tuviera un hermano o su padre estuviera vivo, esta mujer no se atrevería a venir aquí y pegarse a mi hija de esta forma.

Le he preguntado a esta mujer: «¿Qué significa ese anillo en tu dedo? ¡Quítatelo para que un joven te haga una propuesta!».

Su respuesta fue: «¡No me casaré hasta que tu hija se case!».

Necesito que alguien hable con mi hija, que le haga pensar en el futuro. Porque se hará mayor sin tener hijos.

Esta mujer no se quedará con mi hija. ¡La dejará y se casará con un hombre!
Mi hija es excepcional. Es amable e inteligente y yo siempre le he dicho que es perfecta, excepto por esta única cosa.

Es anormal. Esta mujer es una tortura para mí.

No sé qué hacer. No me gusta dejarlas solas ni por una noche en la casa y mucho menos que vivan juntas.

No puedo pensar en una solución. No sé cómo salvar la vida de mi hija.

Los nombres de las personas en este artículo fueron cambiados. Sara y su madre hablaron con la periodista de BBC Leyla Khodabakhshi.

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