Las escalofriantes escenas que se empiezan a suceder a partir del minuto 03.40 del vídeo que nos ocupa, -lanzado en las últimas horas a las redes menos convencionales-, tienen como escenario a la capital de la Gobernación iraquí de Nínive, Mosul, bastión yihadista bajo el yugo de los sanguinarios militantes del autodenominado Estado Islámico.
Los infortunados protagonistas del mismo son tres jóvenes integrantes de las Brigadas de Mosul, audaz grupo insurgente suní que no da tregua a los mentados, que se las ven y las desean para no caer bajo el fuego de sus Kaláshnikov con los que tratan de defender contra viento y marea a los suníes, chiíes, kurdos, cristianos o yazidíes.
Su ofensiva no se circunscribe sin embargo al uso de armas de fuego, sino que de vez en cuando lanzan ofensivas ‘propagandísticas’ a modo de disuasión, caso que nos ocupa: tres grafiteros empeñados en embadurnar las calles con claros mensajes contra el DAESH, y que fueron cazados con el bote de spray en la mano.
Así, son llevados a una calle y, de espaldas a sus dibujos, son ejecutados con sendas escopetas de postas, que los verdugos del ISIS les disparan a escasos metros en plena cara, haciéndoles saltar literalmente los ojos.
La grabación culmina en su tramo final con la ejecución a cuchillo de tres supuestos espías, a quienes decapitan y luego clavan un cuchillo en la espalda, todo ello frente a numerosos público, en Mosul.
En lo que respecta a las Brigadas de Mosul, que operan en el país desde hace casi dos años, cabe señañar que se entrenan ahora en Erbil, desde donde preparan acciones de sabotaje y comandos para el momento en el que se desencadene la contraofensiva para liberar la ciudad.
