El gobierno autraliano ha advertido a la madre que deberá enfrentarse a la Justicia

El niño que se fotografió con la cabeza decapitada de un soldado quiere volver

La esposa del yihadista australiano Khaled Sharrouf intenta regresar con sus cinco hijos

El niño que se fotografió con la cabeza decapitada de un soldado quiere volver
El hijo de Khaled Sharrouf PD

La esposa del yihadista australiano Khaled Sharrouf intenta regresar con sus cinco hijos a Australia, donde el gobierno del país la ha advertido que deberá enfrentarse a la justicia.

«Un crimen es un crimen y los criminales deben afrontar todo el peso de la ley australiana, sean hombres o mujeres»,

dijo el primer ministro, Tony Abbott, en relación a la familia de Sharrouf, cuyo hijo apareció en fotografías sosteniendo cabezas decapitadas.

«Uno no va a obtener impunidad porque considere que se ha equivocado (…) aquel que comete crímenes serios debe tener sanciones serias. Hasta donde me concierne ese será siempre el caso»,

añadió Abbott.

La familia de la esposa de Sharrouf, Tara Nettleton, intenta ayudarla para que pueda retornar con sus hijos a Australia.

EN LA LISTA NEGRA

Las autoridades creen que Nettleton sacó a sus hijos del país vía Malasia después de que Sharrouf abandonara Sídney en diciembre de 2013 con el pasaporte de su hermano.

De momento no hay indicios de que el combatiente quiera volver a Australia, donde su nombre ha sido incluido junto a otro militante del Estado Islámico, Mohamed Elomar, en la lista negra de terrorismo, por lo que se enfrenta al arresto si regresa al país.

Abbott dijo que la mujer de Sharrouf debería ser encarcelada y que sus hijos no recibirían ningún trato especial tras rechazar la posibilidad de que su regreso pudiera incentivar a otras familias a abandonar a los yihadistas.

«Los niños de este tipo de criminales serán tratados de la misma manera que los hijos de los otros criminales»,

insistió Abbott, pese a la posibilidad de que los menores hayan sido radicalizados.

El fiscal general de Australia, George Brandis, no comentó directamente el caso pero precisó que se consideraría el cuidado de los servicios sociales.

«Es trágico que la gente exponga voluntariamente a sus propios hijos a este tipo de horror y situaciones en que peligran sus vidas»,

acotó Brandis a la agencia local AAP.

Australia elevó en septiembre a alta la alerta por terrorismo y desde entonces la Policía ha evitado seis ataques planeados por jóvenes yihadistas radicalizados, mientras varios centenares de ellos se han unido como combatientes del Estado Islámico en Irak y Siria.

Ayer el Gobierno australiano anunció que dentro de unas semanas promoverá una ley para cancelar la nacionalidad australiana a los terroristas con doble nacionalidad como parte de las medidas para hacer frente a la radicalización y a posibles atentados en el país oceánico.

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