Lo ha puesto de vuelta y media, y con razones de peso. El expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, para muchos un gafe con muy mala idea, actúa a decir de Lilian Tintori como portavoz del régimen dictatorial de Nicolás Maduro, sin importarle un comino las consecuencias que su nefasta gestión está teniendo en la devastada Venezuela. (Los huevos de Zapatero para cocinar en la OEA el desaguisado venezolano).
Y no solo eso; desde que a principios de junio de 2016 el político socialista visitara a Leopoldo López, -que lleva la friolera de 1.007 días encarcelado-, las condiciones del esposo de la citada han empeorado sobremanera. (Lilian Tintori: «El Vaticano no hace como Zapatero, que representa a Maduro»).
Llegada a Madrid desde Roma este lunes 21 de noviembre de 2016, la infatigable activista se ha reunido con el ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y ha puesto sobre la palestra las incalificables injerencias del ‘cejudo’ español, quien ha intentado por activa y por pasiva poner zancadillas, en nombre de un supuesto intento de diálogo, entre el Gobierno bolivariano y los opositores venezolanos. (Zapatero pierde el norte y vuelve corriendo a Venezuela para terminar de arreglar las cosas).
Denuncia que la tropelía más grande de Zapatero, si cabe, la llevó a cabo el 1 de septiembre, unos dias antes de la marcha de Caracas:
«Me llamó para que la desconvocara… ¿Cómo vamos a hacer eso si la gente quiere libertad?. Está actuando de portavoz de la dictadura. Yo lo he recibido desde mayo, cuando visitó por primera vez nuestro país, convocado por Nicolás Maduro por cierto, y desde entonces nada ha mejorado: hay menos alimentos, hay menos medicinas, el país está peor institucionalmente y, desde que lo visitó en la cárcel, las condiciones de mi esposo se han endurecido».
La esposa del líder opositor, que se ha preguntado en la madrileña Casa de América «¿qué mediador puede estar de acuerdo con que torturen a nuestros presos políticos en las cárceles venezolanas?», ha pedido así poner fin de una vez por todas al diálogo que desde hace semanas mantienen el gobierno de Nicolás Maduro y los tres partidos de la MUD, por entender que «no ha dado resultados y no los va a dar». (Tintori denuncia a Maduro ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad).
Lo considera sin tapujos un «diálogo trampa» por considerar que está sirviendo para «abrazar a Maduro», sin conseguir frutos a cambio, como el Referendo Revocatorio del mandato del presidente y la liberación de presos políticos.
Por eso, se ha planteado que la oposición vuelva a las calles, a reclamar de manera pacífica – «vestidos de blanco» – que se abra un canal humanitario que haga llegar medicinas y alimentos, así como la puesta en libertad de 117 políticos presos y la celebración de elecciones generales.
«Vivimos la peor crisis de la historia. Venezuela está en ruinas, hay escasez de alimentos y de medicinas. La gente busca comida en la basura, es una crisis que mata».
Según Tintori, la crisis es también institucional, ya que «hay un 99 por ciento de impunidad. Los jueces reciben órdenes del Gobierno y persiguen al opositor». Además, afirmó que la mesa de diálogo instaurada hace semanas también estaba destinada a romper la unidad de acción de los opositores, pero se mostró convencida de que no va a ser así.
De acuerdo a la activista por los derechos humanos, el Vaticano, que medió para abrir una vía de diálogo, está preocupado por la situación y no va a respaldar «la dictadura y el narcotráfico» del actual Gobierno presidido por Maduro.
Respecto a la situación de su esposo, en prisión desde febrero de 2014 y condenado a catorce años de cárcel por su relación con las manifestaciones de calle de aquel entonces, Tintori aseguró que está «sereno y fuerte espiritual y físicamente», aunque agregó que no ha sido sometido a revisiones médicas.
