El dictador venezolano, Nicolás Maduro, anunció, el jueves 29 de noviembre de 2018, la implementación de nuevas medidas económicas, la más populista ha sido el incremento del salario mínimo en el país, que aplica para la mayoría de los trabajadores públicos, y lo ubicó en 4.500 bolívares, es decir, un aumento de 2,5 veces el salario mínimo anterior.(El nuevo vicepresidente electo de Brasil: «El régimen de Nicolás Maduro caerá por sí solo»)
El régimen comunista no anunció ninguna política económica para contrarrestar la grave crisis económica que sufre al país caribeño, ninguna que genere inversión privada, por ejemplo, que frene la caída del PIB que se ha contraído en un 35% en los últimos 4 años según ha comentado el economista venezolano José Manuel Puentes.
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«A partir de mañana (…) el valor del salario mínimo y las pensiones será de 4.500 bolívares», afirmó Maduro en una alocución transmitida en cadena obligatoria de radio y televisión.
A su vez indicó que el incremento forma parte de los «factores de corrección» que introduce el gobernante venezolano a su programa de «recuperación económica» que cumplió ayer 100 días desde su implementación.(Los resultados del “plan de recuperación económica» chavista ya el bolívar vale 30% menos)
Para tener una idea, esos 4.500 bolívares se cambian, por ahora, a 11 dólares en el mercado paralelo, el único al cual puede acudir el venezolano común para adquirir divisas, ilegalizado según las leyes que rigen el control cambiario existente en el país desde 2003.
Nicolás Maduro añadió que las bonificaciones de fin de año, así como millones de otras que reparte su Gobierno en ayudas populistas cada mes, se ven igualmente afectadas por el aumento.
También entregará a los inscritos en el carné de la patria, el censo paralelo que utiliza la dictadura como sistema clientelar y de control ciudadano, un «bono único» de 2.000 bolívares o 23,10 dólares.
El salario mínimo venezolano equivale a medio petro, unidad al que está anclado. El petro nació a finales de 2017 como un criptoactivo, pero que de momento se transa como un certificado de ahorros.
En agosto pasado, cuando el dictador Nicolás Maduro anunció su paquete económico, indicó que el petro, que fue declarado como ilegal por el Parlamento y sancionado por el Gobierno de Estados Unidos, se fijaba en 3.600 bolívares.
Hoy lo elevó hasta los 9.000 bolívares, al tiempo que invitó a los venezolanos a invertir en este certificado, pero sin brindar ninguna señal que genere confianza en un régimen plagado de corrupción y vinculaciones con el narcotráfico.
