En las islas griegas sufren los mismos probles que en algunos municipios costeros españoles. Turismo que solo buscan alcohol a buen precio y borracheras constantes.
Así ocurre con , una pequeño pueblo que hace las veces de capital de la isla griega de Corfú.
Los vecinos están cansados de aguantar a adolescentes bebidos dejándose la dignidad (y toneladas de basura) en la zona.
Por ello, los residentes de la zona han decidido tomar cartas en el asunto y abrir una página de Facebook en las que publican las fotografías más humillantes de estos amantes de la fiesta.
Así lo confirman varios diarios como «Le Parisien», donde también se señala que el artífice de esta curiosa página de Facebook (llamada «Turns out Kavos was ready for you») fue Silvar Laidlow, un comerciante local cansado de tener que presenciar la llegada a la ciudad de cientos de borrachos.
El espectáculo no tiene precio, pues en ella se pueden ver todo tipo de instantáneas vergonzosas que incluyen desde hombres y mujeres vomitando, hasta algunos dormidos en las posiciones más absurdas que se pueda imaginar.
A pesar de que cuenta con pocas horas de vida, esta página de Facebook ya es seguida por más de 16.000 usuarios. No obstante, lo cierto es que estos no buscan cargar contra las molestas y sucias borracheras de Kavos (la mayoría protagonizadas por turistas ingleses) sino que se corresponden con los mismos jóvenes a los que se han hecho las instantáneas.
Y es que, lejos de sentirse avergonzados, muchos se muestran sumamente orgullosos de aparecer en esta red social. De hecho, no son pocos los que envían sus propias fotografías vergonzosas para superar a sus «competidores».
Así pues, el nivel de depravación de este muro de Facebook ha aumentado considerablemente, pues ya no solo se ven tatuajes desagradables o algún que otro molesto sujeto ebrio.
Ahora, por el cotnrario, los desnudos están a la orden día, así como las bromas pesadas a algún todo aquel que no haya podido levantarse antes que el resto tras una noche de desenfreno.
Parece, por lo tanto, que los protagonistas han tenido más sentido del humor del que se preveía y han acabado, antes de empezar, con un método que -a priori- parecía eficiente para terminar con el turismo de borrachera. Los residentes de Kavos deberán seguir pensando.
