Conozco bien a Antonio Sanz, desde muy joven. Somos jerezanos y eso, permítanme, imprime carácter. No es que seamos más o menos que los sevillanos o malagueños, es que en Jerez todo cuesta el doble y, tristemente, es la ciudad donde a los suyos los defenestran a las primeras de cambio.
Antonio Sanz, tacita a tacita, documento a documento, en conferencias, intervenciones parlamentarias, con la justa dosis de agresividad y siempre bajo el paraguas de su mentor, el hoy presidente del PP andaluz, Javier Arenas, se ha ido labrando un nombre serio en Andalucía y más dentro del partido que ahora aspira a gobernar la comunidad, si logra romper el techo histórico de la derecha en la comunidad autónoma que hasa ahora es el granero del voto socialista.
Durante mi etapa como asesor de Miguel Arias y Rodrigo Rato, y luego con Teófila Martínez, he tenido ocasión de constatar internamente que Antonio Sanz reúne los requisitos exigidos para ser, si el PP gana en Andalucía, la persona que realmente controlará la administración autonómica. Lleva toda la vida preparándose para ello. De ratificarse las encuestas, Javier Arenas sabe, perfectamente, que puede confiar en su delfín (una expresión que no le gusta nada a Sanz) para que pilote el proceso de cambio con todas las garantías necesarias.
Objetivos muy claros
Sanz tiene contados amigos, los colaboradores justos y una lista larga de dirigentes del PP andaluz que le respetan, y observan, porque intuyen que será una de las piezas clave del Gobierno de Arenas, aunque muchos le sitúan también en la presidencia del partido, llegado el momento. Nadie lo sabe.
Recuerdo, con nitidez, una conversación entre Antoñito y yo, cerca de la estación de autobuses de nuestro pueblo. Al despedirnos que me quedé con la sensación de que Sanz tenía muy claros sus objetivos. «Me gusta la política», me dijo.
Su carrera ha sido meteórica. Entusiasta de las nuevas tecnologías (aunque su blog político no se actualiza desde el 27 de mayo), y de las redes sociales, en su activo perfil de Facebook recuerda que fue a los 15 años cuando entró en política «como miembro de los Clubes Juveniles de Alianza Popular». A los 18 años fue presidente local de Nuevas Generaciones de Jerez y vicepresidente de Alianza Popular en su mismo pueblo. Sanz ingresa en otra selección, la andaluza, y entre julio de 1993 y septiembre de 1994, es secretario regional de organización del PP de Andalucía. (Hay más en FB).
«En las autonómicas de 1994 me presenté como número cuatro de la lista por Cádiz siendo elegido diputado autonómico (1994-1996)», recuerda Sanz. Y de ahí a la selección galáctica de Arenas, de quien no se separa. El líder del PP andaluz y candidato a la presidencia de la Junta tiene en Sanz un colaborador leal, muy eficaz y, sobre todo, un estratega taimado y prudente.
Jerezano
Sanz es de Jerez, pero como yo, no es un señorito jerezano ni sueña con ello, aunque en sus formas de vestir y peinarse, muy tradicionales y elegantes, haya quien quiera ver lo contrario. Se equivocan. Hijo de un profesor muy apreciado en la ciudad, Sanz nunca ha formado parte de esa galería de personajes detestables pero se repiten como el ajo y están en todas las salsas jerezanas.
Casado con Miriam Cervera Guerrero, con quien tiene tres hijos -Marta (1996), Pablo (2000) y Elena (2005)- Antonio Sanz no ha descuidado ni un solo detalle en su carrera personal, pública y más aún en su plano ético y personal. Y eso que, me consta, que hay quien en partidos contrarios le ha sometido a todo tipo de indagaciones, sin éxito alguno. Hasta donde se sabe, está limpio y no se siente tentado por nada ni nadie.
Tiene una tentación, a medias entre el hobby y la obsesión: acumular información sobre todo. Por eso dicen que sabe, al detalle y gracias a leales colaboradores con gran experiencia histórica en el periodismo andaluz, todo tipo de datos sobre lo que los populares, y muchos, conocemos como el ‘régimen andaluz’, es decir, el enorme entramado clientelar tejido por un grupo de dirigentes socialistas que, pese a los vientos de cambio y las debacles, se aferran aún al poder como Alien: La telaraña.
Sanz sabe que el 25M puede ser una fecha decisiva en su vida. Por eso este domingo se emocionó cuando el Partido Popular de Andalucía le presentó como cabeza de lista por Cádiz al Parlamento andaluz. En un acto en Sevilla junto al resto de candidatos populares y con la presencia del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro y el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, ambos valoraron la candidatura de Antonio Sanz por la provincia de Cádiz, destacando su compromiso con esta provincia y con Andalucía. «Alabaron su inteligencia y capacidad de trabajo», dice la nota oficial, algo que en la sede del PP, en la calle Génova, tiene muy claro el equipo de Rajoy, quien cuenta con Sanz como una persona de confianza y así le trata.
Antonio Sanz agradeció a Javier Arenas y al presidente del PP de Cádiz, José Loaiza, su confianza para volver a encabezar la lista gaditana. Loaiza es el principal apoyo con que cuenta Sanz en Cádiz, máxime ahora que el primero es presidente de la Diputación Provincial, alcalde de San Fernando y presidente del PP, y comienza a controlar, realmente, los entresijos de la provincia gaditana.
Dice Sanz que Cádiz es una provincia que necesita de apoyo porque ha estado «abandonada por años de exceso de confianza de un partido que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias de esta provincia. Años de socialismo han dejado a Cádiz como un desierto industrial y no han hecho nada para proyectar a esta provincia». A su juicio, la experiencia de Javier Arenas como ministro de Trabajo y como futuro presidente de la Junta de Andalucía dará a Cádiz la oportunidad de dejar de ser líder del paro.