La investigación de la desaparición de los niños Ruth y José en Córdoba está trufada de turbulencias en sus primeras horas, que, según los expertos, son claves para establecer una correcta línea a seguir por los agentes policiales.
El día de la desaparición de los dos hermanos, en Córdoba había un comisario provisional que inició la investigación.
Éste llegaría a ser relevado hasta en dos ocasiones más, con distintos inspectores que establecerían pautas distintas en la búsqueda de los niños y en la elaboración de hipótesis sobre lo ocurrido.
La hoguera fue encontrada en la finca de Las Quemadillas -donde los niños fueron vistos por última vez- cuando aún humeaba, y los huesos localizados no tardaron mucho en descartarse como restos de animales.
Una hoguera extraña
Sin embargo, meses después, tras el paso de tres equipos distintos de investigación y diferentes interrogatorios in situ al padre, principal sospechoso, que no se derrumbaba ante la Policía, la clave para volver a la primera pista la dio de nuevo una perspectiva sobre la hoguera.
Según relata el diario El Confidencial, a uno de los investigadores le llamó la atención la extraña forma de la hoguera, que había dejado una huella rectangular, y lo comentó con un amigo forense.
Ese amigo se trataba de Francisco Etxeberria, que tras esta conversación, decidió pedir permiso a la abogada de Ruth Ortiz, la madre de los pequeños, para realizar un nuevo análisis de los huesos, el que ha dado la vuelta a la investigación tras concluir que son humanos.