La fiscal no tiene la más mínima duda de que José Bretón mató a sus hijos de la manera más cruel posible
El tipo es frío como un témpano de hielo. Ni se inmuta. José Bretón Gómez declara este 18 de junio de 2013 en la Audiencia de Córdoba en el juicio por el doble asesinato de sus hijos, Ruth y José, de seis y dos años, quienes desparecieron el 8 de octubre de 2011 mientras se encontraban en su compañía.
En la primera jornada en el tribunal la fiscal dijo que no tiene «la más mínima duda de que José Bretón mató a sus hijos de la manera más cruel posible».
Esta afirmación ha sido la primera que ha intentado contrarrestar este martes Bretón en sus primeras palabras.
Se ha definido como un hombre «tranquilo«, que no se enfada con facilidad, enamorado de su expareja y madre de los niños desaparecidos y más proclive a las personas que no se dejan dominar.
Bretón ha comenzado a declarar a las 10.12 horas ante un jurado popular formado por siete mujeres y dos hombres para ser juzgado por dos delitos de asesinato con alevosía, por los que el fiscal y la acusación particular le piden 40 años de prisión.
Bretón llegó al tribunal a las 09.30 horas en un furgón policial.
Según el abogado defensor, José María Sánchez de Puerta, el acusado responderá a todas las preguntas que se le formulen, tal y como le ha recomendado, y en su declaración puede haber «muchas sorpresas».
EL JUICIO EN DIRECTO
Pedro Vela, el magistrado presidente que dirige el juicio con jurado contra Bretón, ordena que todo el mundo se siente en la sala. Bretón entra en la sala. El juez permite que le quiten las esposas. Comienza su declaración.
- La fiscal comienza a preguntarle por su carácter. «Soy tranquilo, no me enfado con normalidad, no tengo problemas con mi familia». «Me casé en 2002, vivimos en Las Quemadas, luego nos mudamos a un piso en Córdoba. Me ofrecieron trabajo en Almería y luego se vino Ruth».
- Bretón: «Luego nos trasladamos a Huelva. Yo me había enamorado de Ruth y la quería. La veía muy buena persona. No la veía fácilmente dominable, por eso me gustaba. Me gusta la gente con personalidad que no se deje influenciar por nadie. Mi relación con ella fue sin altibajos».
- El origen de los problemas con la familia de Ruth Ortiz. «A raíz de las navidades de 2009, mi excuñada le echó a mi hijo sal y ajo molido en la leche en polvo», dice el acusado. La fiscal le insiste por su relación con Ruth. Yo le contaba todo y ella, por lo visto, no».
- Bretón dice que quería tener hijos pero que la decisión era de su esposa. Mira al jurado. «Quien le daba los biberones a mi hijo soy yo. Quien le preparaba era yo. Soy un buen padre que quiere a sus hijos y que los educa en unos valores que nadie me recrimina»
- Bretón no olvida mirar al jurado cuando habla. Siete de ellos son mujeres, por dos hombres. Está tranquilo y sonríe. Responde con calma. Incluso sonríe. Las manos entrelazadas debajo de la mesa. Les explica que desde enero de 2010 el se dedicaba en exclusiva a educar a sus hijos.
- Bretón describe una vida en familia con Ruth Ortiz en la que ella, «salvo duchar a los niños, poco más hacía con sus hijos». «Yo estaba en paro pero tenía el lujo de poder educar a mis hijos. Cuando Ruth trabajaba, yo les daba la merienda, jugaba en el suelo con ellos».
- Bretón siempre habla de sus hijos en presente. Como si estuviesen vivos. «Mi hijo, cuando sale de la guardería viene corriendo a mis brazos». Bretón parece que se emociona y balbucea ligeramente. «Mis hijos no me temen, me adoran y yo les quiero a ellos con locura».
- Cuando la fiscal le pregunta por el momento en que Ruth decide cortar su relación con él, se toma unos segundos para responder. «El 17 de septiembre Ruth se puso a llorar. Me dijo que había ido al psicólogo y que le dijo que ella seguía a su antiguo novio, al que no conocí».
- «Me sorprendió que Ruth me dijese eso». Bretón dice que se fue a Córdoba a descansar ese mismo jueves 17 de septiembre de 2011.Estuvo en Las Quemadillas. «Hice labores en el campo el viernes. También estuve en casa de mis padres. Allí dormí. Volví el sábado a Huelva».
- Bretón dice que cuando volvió a Huelva, Ruth le repitió que quería separarse. Bretón insiste en que estaba sorprendido y que ella no le daba explicaciones. «Yo le decía que quería ver a los niños, pero estaban en casa de su madre. Más tarde hablamos de verlos los fines de semana»
- El fin de semana siguiente Bretón llevó a sus hijos a Córdoba, como habían acordad. «No hubo ningún problema. Quien cría a mis hijos soy yo». La semana siguiente se celebró el cumpleaños de Ruth. «Yo no insulté a Ruth Ortiz, entonces», dice a respuesta del fiscal.
- Bretón: «Yo nunca pensé separarme. Ella era la persona en quien más confiaba. Pero he visto que no podía ser así». Tras la separación Bretón dice que fue al psicólogo y al psiquiatra. «Dicen que tengo manías. Pero solo es lavarme las manos antes de comer».
- FISCAL: «¿Por esa manía él psiquiatra le recetó orfidal y motiván?». BRETÓN. «Me las ofreció él. Yo tiré esas pastillas». FISCAL: «Usted nunca lo ha dicho». BRETÓN. «Las tiré». La fiscal dice que el 31 de octubre el acusado dijo que las llevó a El Portil.
- BRETÓN: «Compré las pastillas porque el medico me dijo que si estaba ansioso o nervioso las tomase. Pero como no fue así, las tiré. No recuerdo cuándo. Al día siguiente». FISCAL. ¿No se las dio a sus hijos para matarlos?. BRETÓN. «Eso es falso».
- Bretón dice que llevaba a sus hijos al cole andando, también con el pequeño José. Dice que tiró los carritos en Córdoba porque no le hacía falta. Afirma que el cole estaba a un kilómetro y que tardaba entre 20 y 20 minutos. «No se cansa. Mi hijo es un perdigón andando».
- Tras su fin de semana en Huelva, los niños debían estar con su padre en Córdoba. Ruth le pidió cambiarlo para que pudiesen ir a un bautizo y Bretón a la boda de un amigo. Pero Bretón se negó, insiste en mantener los fines de semana alternos y fue a por sus hijos el 7 de octubre.
- La mañana del 7 de octubre, Bretón compró garrafas de gasolina en una cooperativa. «El coche la gasta», dice. «¿No la acaparaba en la finca?», le pregunta la fiscal. «Para nada. Todo lo gasto». El juez le pregunta por qué no va a un surtido. «Es que es más barato así», dice.
- Bretón recuerda la carta que escribió a Ruth para tratar de resolver su matrimonio. «Le dije que la quería y que no quería separarme de mis hijos. Como padre que está criando a mis hijos quería seguir con esa vida».
- Bretón habla de su llegada a Córdoba con sus hijos el 7 de octubre. Fueron a casa de los abuelos padres paternos. Y en este momento habla de una vieja amiga a «Luego fui a casa de mi hermana. Luego fui a la finca porque me acordé de Concepción y la llamé».
- La fiscal se pregunta cómo es compatible un padre que solo quiere estar con sus hijos y recuperar su matrimonio, deja a los pequeños con sus tíos y por la tarde llama a una antigua novia. «Se puede compatibilizar», responde impasible. «Pero no lo explica», le dice la fiscal.
- Bretón dice que «solo quería hablar con Concepción. Llevaba más de diez años sin verla». La fiscal le pregunta si no quería dejar ya su matrimonio y por eso dejaba a sus hijos. «Mi vida gira en torno a mis hijos», le espeta Bretón.
- FISCAL: «Fue a la finca el día 7 de octubre». BRETÓN: «Sí». FISCAL: «¿Estaba preparando las cosas donde iba a matar a sus hijos al día siguiente?». BRETÓN: «eso que está usted diciendo es completamente falso».
- Mientra se quema la hoguera, Bretón reconoce que llamó varias veces a su esposa. «Quería decirle que José ya estaba bien de unas rozaduras en el pañal». Bretón dice que también ordenó cosas en la casa de la finca. «Sí me cambié los pantalones. No los tiré». No se han encontrado.
- «Solo tiré a los contenedores papelillos de los mocos de mis hijos. También recogí cosas de la parte trasera del coche. No sé si mis hijos estaban dormidos o no». Su versión sigue diciendo que los niños se despertaron y a las 17.30 se fue en coche a un parque de Córdoba.
- ¿Se fue al parque porque había quedado con sus hermanos? Bretón no responde con precisión. «Quedamos solo por la tarde. Íbamos a ir llegando. Yo no les llamé por el camino porque ya habíamos quedado», dice Bretón. «Pero si no habían quedado a ninguna hora», insiste la fiscal.
- En el camino, Bretón intercambia muchos mensajes de móvil con su hermano Rafael. Éste le dijo que se fuese a casa de su hermana. Pero Bretón dice que no y pone a sus hijos como excusa porque ya estaban en el parque. «No, yo no estaba allí todavía», dice.
- Bretón aparcó el coche en una avenida cerca del parque, junto a una señal de tráfico. Sigue hablando con su hermano. No recuerda haber hablado con su madre. Dice que sacó a sus hijos del coche a pesar de que el sitio no era muy grande. Emprenden camino hacia el parque.
- La fiscal le pregunta por el extraño itinerario que hacen para llegar al parque. Bretón dice que fue a causa de sus hijos. El camino implica subir por un fuerte desnivel. «No era tanto», dice . «Los niños iban delante, se entremezclan con una gente y no los he vuelto a ver».
- BRETÓN. «Yo los controlaba con la vista. me senté en una barra muy bajo. No me dio asco porque no soy escrupuloso. Los perdí de vista un instante, no más de ocho segundos. No sé en qué pensaba. Pero dejé de verlos. Solo veía al grupo. No sé qué pasó, es lo que quiero saber».
- BRETÓN. «Me puse a buscar como un loco a mis hijos. Pregunté a un grupo de personas y describí a mis hijos». Bretón dice que llamó al 112 después de hablar con mi hermano. Primero estaba preguntándole a los del parque. Estuve 20 minutos así».
- Bretón lleva dos horas respondiendo impasible y ni ha mirado la botella de agua que tiene en la mesa y que el magistrado presidente ordenó que le diesen. No ha variado el gesto. No ha cambiado la posición de sus brazos. No gesticula apenas. Solo arque las cejas y arruga la frente.
- El juez pide un receso de 15 minutos. «Yo no estoy cansado, dice Bretón». Vuelve a ser esposado y los dos policías lo sacan de la sala. La fiscal no ha terminado. A las 12.15 volverá a reiniciarse el interrogatorio.
- Bretón bebe agua antes de comenzar de nuevo el interrogatorio. Es la primera vez en la sala. No niega que llegase al parque de la Ciudad de los Niños andando, «porque antes corrí como un loco». Les cuenta a unos guardas que ha perdido a sus niños y pide que se diga por megafonía.
- Bretón dice que dejó la Ciudad de los Niños sin lograr nada y no volvió hasta que llegó la policía. Las cámaras le captaron. Parece que se tapa la cara. «Solo me estaba recolocando las gafas».
- Tras salir por primera vez de la Ciudad de los Niños, Bretón dice que vuelve al parque y sigue buscando a los niños. Dice que no intenta evitar las cámaras, solo amplía su radio de acción en la búsqueda.
- Bretón reconoce que no dice a la policía de que había estado en Las Quemadas. Tampoco que tenía una hoguera. Los policías se la encontraron. En la finca, se peleó con Ortega «Yo junté mi mano con su cara», dice Bretón. La fiscal le dice que Ortega no creía entonces su versión.
- La fiscal vuelve a preguntarle por la hoguera y sus hijos. «Yo no quemé a mis hijos. Los quiero con locura. Este año y medio no he podido hacer nada por encontrarlos. Le he dicho a mi familia que busquen a mis hijos pero la policía les ha dicho que no intervengan».
- La fiscal le pide que explique cómo ha buscado a sus hijos. Bretón sube el tono. «No me dejaban buscarlos. Tampoco a mis padres. Yo tuve conversaciones muy largas con la policía y la mayoría de las veces absurdas».
- Bretón niega que que una vez les dijera a la policía, en la puerta de Las Quemadas y luego en mitad de los restos de la hoguera, que sus hijos estaban «cerca».
- La fiscal le lee unas notas personales que Bretón escribió. Los papeles aparecieron en la finca de Las Quemadillas. En los mismos se reflejan pensamientos íntimos y el dolor de la separación. «Mi único malestar era no estar cerca de mis hijos. No odié a mi mujer».
- ¿Mató usted a sus hijos?, pregunta la fiscal. «Eso que dice es completamente falso». El juez le dice que responda directamente. La fiscal vuelve a preguntar y Bretón reincide: «Eso que dice es falso». El juez le vuelve a decir que responda directamente. Bretón solo dice: «No».
- Tras negar que quemase a sus hijos con acelerante, la fiscal termina y comienza el interrogatorio de la acusación particular, que representa los intereses de Ruth Ortiz, la madre de Ruth y José, personada como acusación particular.
- La abogada le inquiere sobre por qué esperó hasta las doce y media de la noche para decirle a la policía que había estado en Las Quemadas. «Verbalmente la policía ya tenía conocimiento desde antes. Creo que lo sabía. No recuerdo de todas las conversaciones», dice.
- La abogada le pregunta si tomaba medicamentos. Dice que no. Le pregunta si pensaba que perdiendo a los niños se reuniría con Ruth. Dice que no tenía ese planteamiento. Le pregunta por las llamadas que le hace a Ruth tras la desaparición.
- Pregunta por los 200 litros de gasoil que compró entre el 23 de septiembre y el 7 de octubre. La abogada le recuerda que no se encontró nada en Las Quemadas. Bretón dice que lo fue repostando en función de sus viajes.
- La compra del 7 de octubre fueron de 70 litros. Si llenó el depósito le sobrarían 20. La abogada le pregunta por esos 20 litros. Bretón dice que están en la cochera de sus padres y dice que son solo 10 litros. «Siempre he dicho lo mismo», dice. La abogada le dice que no.