Lejos de asumir la tardanza en formar gobierno como un fracaso político, Díaz está consiguiendo eclipsar a Pedro Sánchez
Ciudadanos quiere escapar del lío andaluz saliendo en la foto del cambalache institucional aunque disimule no venderse a cualquier precio. En ese difícil equilibrio entre ser garantía de la estabilidad y al mismo tiempo azote de los corruptos, Albert Rivera lucha a brazo torcido por no parecer ante su electorado como un traidor prematuro a los principios del movimiento ciudadano, ¿qué son?…
A duras penas Ciudadanos trata de atribuirse la salida de Chaves y Griñán como si fuera un logro propio cuando en realidad los expresidentes andaluces estaban ya más que amortizados.
Dos cadáveres políticos que han deambulado recientemente ante el Supremo como presuntos responsables del mayor caso de corrupción de la democracia, el de los ERE fraudulentos. Pero ni siquiera eso desgasta a Susana.
Andalucía es la tierra de la paradoja en la que el PSOE siempre acaba dándole la vuelta a la realidad ajustándola milimétricamente a sus intereses.
Si hace tres años formó gobierno de perdedores con IU tras la victoria por la mínima del PP de Javier Arenas (50 escaños frente a los 47 socialistas y 12 de IU), ahora el discurso mantenido por los jerarcas socialistas desde el mismo 22 de marzo es que es imprescindible un gobierno de Susana Díaz para garantizar la estabilidad en la región.
Lejos de asumir la tardanza en formar gobierno como un fracaso político, Díaz está consiguiendo eclipsar a Pedro Sánchez suscitando toda la expectación en torno al PSOE.
La presidenta en funciones de Andalucía incluso se permitió hace una semana la licencia de proponer un sistema electoral a doble vuelta en toda España. Una medida que, por su naturaleza, le correspondería abanderar al secretario general.
La única verdad que todos saben es que Susana Díaz acabará siendo investida presidenta más pronto que tarde. Ella la primera. El segundo, Mariano Rajoy, que ya ha dado orden interna a los suyos de dejar gobernar a Susana en el caso de que el 8 de mayo 2015 la socialista no tenga votos suficientes en la segunda votación de investidura. Con la abstención de Ciudadanos no bastaría, tendría que haber una segunda: Podemos o PP. Eso o que los de Rivera voten ‘sí’.
Susana promete que no se repetirá un caso como el de los ERE
El precio que Ciudadanos le ha puesto al Partido Socialista es la firma de un contrato anticorrupción, que es como si firmándolo Susana borrara de un plumazo décadas de saqueo a las arcas públicas. Este 6 de mayo 2015 se espera que comparezcan ambas formaciones para explicar los puntos del acuerdo que los socialistas aceptan con una sola excepción.
Se trata de la propuesta sobre la responsabilidad subsidiaria de los partidos políticos en casos de corrupción. Para el PSOE andaluz sólo habría que asumir responsabilidades en los casos en los que los partidos se hayan visto beneficiados directamente. Eso en cuanto a corrupción.
Pero Ciudadanos tiene otras reclamaciones. En el plano económico el partido de Rivera no se olvida de los autónomos -uno de los temas de los que ha hecho bandera en campaña electoral- ni de la creación de mecanismos de control con el fraude en los cursos de formación.
Susana se propone ahora acabar con los sobresueldos en los partidos políticos, impidiendo que los cargos públicos con un sueldo de la administración reciban contraprestaciones por sus responsabilidades en las organizaciones políticas.
También promete que un caso como el de los ERE no se volverá a repetir porque a partir de ahora todos los partidos presentarán sus cuentas ante la Cámara de Cuentas para su consulta telemática con el detalle de sus estructuras orgánicas y retribuciones.
La presidenta en funciones propone una ley de buen gobierno y un estatuto de altos cargos donde se establezca un código ético y régimen sancionador para evitar puertas giratorias. Consciente de que Podemos le puede resultar útil en la segunda votación, Díaz hizo un guiño a Teresa Rodríguez prometiendo la reducción en un 10% de los altos cargos.
A Podemos ya le gusta ‘la música’ del PSOE
En la segunda sesión del debate de investidura -primera votación- celebrada este 4 de mayo 2015 en el parlamento andaluz no hubo sorpresas, aunque ya se leen entre líneas actitudes más suaves de Podemos y Ciudadanos. Susana sólo obtuvo los votos favorables del grupo socialista. Partido Popular, Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida votaron en contra.
Todos hacen sus cuentas para la segunda votación del viernes, día en el que se espera que Díaz sea investida presidenta, algo que ocurriría con mayoría simple. Podemos ya prepara el terreno a través de su líder Teresa Rodríguez.
«Mucho de lo que hay en el discurso de investidura nos gusta. Me gusta la música, incluso la letra en algunos casos, pero quiero ver ahora la ejecución».
En Ciudadanos Albert Rivera avisó que su partido votará el 8 de mayo 2015 ‘no’ a la investidura de Díaz si no firma el pacto anticorrupción. Pura pantomima. Todo el mundo espera que ambas formaciones anuncien el acuerdo a lo largo del miércoles.
Es decir, abstención de Ciudadanos y de Podemos que darían a Susana un gobierno en solitario. Si Podemos dice ‘no’, entonces el PP podría abstenerse. De no hacerlo podría llegar el mes de junio todavía sin gobierno.
Por último, el más duro con Susana Díaz fue el líder de IU, Antonio Maíllo, que explicó los motivos por los que su formación vota en contra. «Le damos un ‘no’ al cinismo, a la vieja política y a la hipocresía».
Acto seguido atacó a la líder socialista recordándole cuentas pendientes. «Entenderá que no le creamos ni una palabra de lo que ha dicho aquí. Quien no la conozca, que la compre. No vamos a dar la confianza a los que se tiñen de rojo en la campaña electoral y ahora de azul».