Con el miedo de la gente a la "ultra izquierda" y sus barrabasadas no les bastará.

Manual del PP para sobreponerse al ciclón Pablo Iglesias y salir airoso

Los populares deben saber que a estas alturas su adversario electoral es, en lugar del PSOE, una "tercera vía" como Podemos

La irrupción aparatosa en el panorama político español de Pablo Iglesias y sus seguidores en realidad le vale al centro derecha para resolver algunos de sus problemas, como la falta de motivación que dejó a parte de su electorado en casa en las pasadas elecciones europeas.

Tampoco hay que engrandecer, de momento, el resultado de este nuevo populismo surgido en España, que no ha llegado al 8% de votos. Sobre todo comparando su resultado con sus afines europeos impulsados por los vientos de la crisis.

En Francia, por ejemplo, el Frente Nacional de Marine Le Pen ha sido primera fuerza política con el 26% de los votos; en Reino Unido, el Ukip de Nigel Farage ha alcanzado casi el 27%, lo que la ha encaramado hasta ser segunda fuerza electoral; en Italia, Beppe Grillo, con su Movimiento 5 Estrellas, también como segunda fuerza del país, ha superado el 21% de los votos. 

Con todo, el PP, aun ganando con diferencia esos comicios, es verdad que se marcó como objetivo del 25-M movilizar a sus fieles y no lo consiguió. La campaña electoral, basada en potenciar el anti-candidato y esconder las señas de identidad del Partido Popular, no le dio resultado.

Miguel Arias-Cañete y Mariano Rajoy, en realidad, sin percatarse de ello, de mitin en mitin entre «parroquianos«, acabaron la campaña hablando para ellos mismos.

La estrategia de Pablo Iglesias se basa en la provocación constante con propuestas polémicas.

Ahora, bien manejado, el miedo al ascenso de la «ultra izquierda» (así es percibido Podemos por buena parte del votante tradicional del PP) es un gran movilizador.

Porque, incluso, la estrategia de permanente provocación de Iglesias, llena de propuestas polémicas para controlar la agenda del debate público, en la teoría debería llevar también a una parte del asustado electorado de centro izquierda a los brazos del Partido Popular, en busca de resguardo. 

Una fogosa estrategia: el alcalde más votado

Quizá por ello los mandatarios populares estén cabalgando vehementemente esa «serpiente de verano» jaleada por Javier Arenas de la supuesta reforma electoral -sin consenso- para que los alcaldes sean los candidatos de la lista más votada.

Al PP -consciente de los peligros de emprender en solitario una aventura como la de reformar las normas electorales-, en parte le viene bien la discusión creada para evidenciar cómo el PSOE se va a dar la mano con Podemos, como ya lo hace habitualmente con IU, ERC, BNG…

O sea, el Partido Popular busca, a pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas, exponer al «nuevo socialismo» de Pedro Sánchez fuera de la centralidad.

Génova 13 cree que eso permitiría a sus candidatos moverse con mayor facilidad en la precampaña por todo el espacio moderado español.

Aunque deberán a partir de ahora ser muy cuidadosos, no vaya a ser que el guiso se pase sin servirlo.

Lo peor que podría ocurrir a los de Rajoy es transmitir a los españoles más centrados la imagen de «imposición» y de «pucherazo». Sobre todo para cambiar un sistema electoral que tantos frutos ha dado al PP.

Además, el Partido Popular debe ser consciente del tiempo difícil que vive: hoy, cualquier propuesta que introduzca a debate público, tiene una mayoría social en frente. Así de amargo.

Tampoco debería desdeñar que su adversario electoral a estas alturas sea, en lugar del PSOE, una «tercera vía» como Podemos.

El PSOE ha dejado de ser el principal rival del PP. Ahora lo es esa «tercera vía».

Es la hora por ello de la prudencia, de plantear pocas cosas… y de hacer aquello que se tenga que hacer.

Y, precisamente, por el rechazo que sufren las dos grandes siglas electorales españolas (PP y no digamos ya PSOE), a los populares, sólo con el miedo a Podemos, no les basta.

Porque su marca está muy averiada inclusive entre sus votantes más asiduos:

  • – Por el escándalo Bárcenas. ¿Cómo puede pretenderse cerrar tan amargo capítulo (ha sido la Justicia quien ha pillado al tesorero con un fortunón en Suiza) sin ofrecer mayores explicaciones al partido, entendido en su sentido más amplio?
  • – Mucho se ha hablado de la influencia que ha tenido sobre la abstención del centro derecha en las elecciones europeas el incumplimiento de Rajoy de su programa electoral subiendo los impuestos. Sin duda, ha sido un elemento de peso más a la hora de no acudir a votar.
  • – No dejemos de lado otras cuestiones mollares, como la excarcelación de etarras.
  • – Y, sobre todo, la imagen de insensibilidad, de lejanía, de un Gobierno sin alma, de meros gestores tecnócratas, transmitida a la «gente corriente» cuando se han tomado las decisiones más amargas.

Así que es el tiempo de buscar la remontada. Si ésta es posible.

Como cuando en el fútbol se llega a los últimos cinco minutos de partido sin marcar y se pone al defensa central en punta en busca del gol salvador. La recuperación económica ayudará.

Lo que queda al PP, con unas elecciones locales tan próximas, con sus siglas tan desgastadas, es agarrarse a la cercanía con la gente.

Y deben ser los referentes con credibilidad en el centro derecha, los menos contaminados por el deterioro del Gobierno y del partido, quienes tiren del carro.

 

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Autor

Antonio Martín Beaumont

Antonio Martín Beaumont, politólogo y periodista, es el actual director de ESDiario.com.

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