Su designación como ministra de Defensa ha reavivado las maniobras en su contra

La verdad sobre el ‘Caso Cospedal’ y las puñaladas que lleva ocho años aguantando

En realidad, son muy viejas las trampas como relató como nadie Antonio Martín Beaumont en su biografía

La verdad sobre el 'Caso Cospedal' y las puñaladas que lleva ocho años aguantando
María Dolores Cospedal (PP). David Mudarra

Y José María Barreda hasta pareció olvidar que, durante muchos años, Manuel Chaves había compatibilizado la presidencia de Andalucía con la del PSOE

Algo ha cambiado en el PP en las últimas horas para que, después de días de silencio, dos dirigentes de la talla de Alberto Núñez Feijóo y Pablo Casado hayan roto una lanza en favor de María Dolores de Cospedal y su continuidad como secretaria general del partido.

«Ha hecho un muy sacrificado trabajo», señaló el presidente gallego.

«Tiene plena compatibilidad para seguir siendo secretaria general», afirmó por su parte el portavoz de los populares.

La designación de Cospedal como ministra de Defensa ha reavivado una campaña en su contra que, en realidad, es muy vieja.

Tan vieja como que se remonta a su nombramiento como secretaria general del PP por Mariano Rajoy, en junio de 2008. Desde entonces y hasta ahora, con más o menos intensidad siempre ha habido voces dentro y fuera de la formación contrarias a que ejerciera varias responsabilidades a la vez.

Lo cuenta el director de ESdiario, Antonio Martín Beaumont, en la biografía que escribió sobre Cospedal en febrero de 2011, La reina de la Torre de Marfil. Un retrato minucioso y fidedigno sobre ella que su nombramiento como ministra de Defensa ha vuelto a poner de plena actualidad. 

En el libro Martín Beaumont escribe, en alusión a los meses posteriores al famoso Congreso de Valencia en el que Cospedal fue elegida número dos: «La propia Cospedal era consciente de que al dar la espalda, los murmullos se tornaban voces y, de entrada, fue objeto de disgusto para numerosos dirigentes su firmeza en compaginar su condición de número dos del PP con la de presidente regional (del PP de Castilla-La Mancha).

Ésa ha sido una permanente china en su zapato. Difícilmente podía estar en Génova resolviendo asuntos de «la casa», en un plató de televisión, en su sede de Toledo, en su escaño en las Cortes de Castilla-La Mancha, en el del Senado, visitando sedes del partido para apagar fuegos por España y en los pueblos manchegos. Difícilmente, salvo, claro, que se tenga una capacidad de trabajo y una disciplina como la que tiene una abogada del Estado capaz de sacar su oposición en dos años».

Y desvela que por aquel entonces hubo quienes recurrieron a los estatutos del partido para intentar buscarle las vueltas. «Sus detractores cayeron incluso en la tentación de echar mano de los Estatutos del PP en busca de incompatibilidades sobre sus cargos. Sin embargo, Cospedal, inteligente, se posicionó más au dessus de la melée que nunca.

Tan estresada anduvo con enderezar el rumbo del partido que, al menos momentáneamente, ahogó con su indiferencia el debate sobre la dualidad de cargos. Al menos en apariencia, ni se inmutó. No en vano contaba con el respaldo del líder, aunque la carga de la prueba recaía sobre ella».

Las malas lenguas continuaron, nunca se acallaron del todo. Sólo un año después el debate se azuzó, como relata Martín Beaumont en La reina de la Torre de Marfil: «Banderilleros pululaban unos cuantos en el PP y, desde luego, habían convertido a María Dolores de Cospedal en su objetivo.

El fin último pasó por cuestionar sus aptitudes para el cargo y, por elevación, las de Rajoy por haberla nombrado. Divide y vencerás. Ése pareció ser uno de los lemas de los críticos, que buscaron agrandar la supuesta rivalidad entre Cospedal y la portavoz popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría (…). A esas alturas de junio de 2009 la secretaria general debía andar ya bastante perjudicada por el número de subalternos que, un día sí y otro también, le colocaban el correspondiente par de banderillas».

Y el PSOE tampoco ha desperdiciado en estos años la ocasión de atacar a Cospedal por ese flanco, como queda de manifiesto en su biografía: «El pluriempleo de María Dolores de Cospedal, como secretaria general del PP y presidenta regional del partido, ha sido un recurrente misil en la lucha por el poder, cuenta Martín Beaumont. Al ver peligrar seriamente su chiringuito, los socialistas castellanos-manchegos se tiraron a la yugular.

Y José María Barreda hasta pareció olvidar que, durante muchos años, Manuel Chaves había compatibilizado la presidencia de Andalucía con la del PSOE. O la doble condición de José Blanco de vicesecretario general del partido y ministro de Fomento, o que Alfonso Guerra ejerció a la vez de número dos socialista y de vicepresidente del Gobierno».

Claro está, quien tiene la última palabra es Rajoy. Y éste ya parece haber decidido que Cospedal se queda, como ha venido contando ESdiario.

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Autor

Antonio Martín Beaumont

Antonio Martín Beaumont, politólogo y periodista, es el actual director de ESDiario.com.

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