La ciencia avanza, evoluciona. Y cuando lo hace en pro del ser humano y de algunas de sus ‘miserias’ es una bendición. El sudor, en su vertiente positiva, es un sistema de refrigeración corporal, como respuesta física a la estimulación y al miedo. Pero en su cara B, está ese olor que desprende.
Un olor que puede tener connotaciones tanto positivas como negativas. Así se desprende de un reciente estudio de la Universidad de Utrecht, que ha puesto de manifiesto que la transpiración de los hombres, que han sido expuestos a emociones positivas, provoca una sonrisa en las mujeres que huelen ese sudor. Y el efecto inverso cuando el lenguaje corporal del sudor proviene del miedo. Una cosa queda clara: el olor transmite emociones.
A la fragancia en burto se asocia un líquido compuesto de sales.
Pero más allá de las emociones, el sudor, transmite, sobre todo olores. Y aunque se perciban de manera positiva, en algunos casos, en la mayoría no son bienvenidos e incluso pueden afectar a la calidad de vida de las personas que padecen exceso de sudoración. Por eso, el reciente hallazgo de los Científicos de la Queen´s University de Belfast (Irlanda del Norte) es una excelente noticia. Y lo es porque estos investigadores han sido capaces de crear un perfume cuyo olor no se deteriora con el sudor humano, sino que mejora cuanto más abundante sea la transpiración.
El perfume que se ha elaborado contiene, entre otros elementos, una «fragancia en bruto» a la que se asocia con un «líquido iónico inodoro» -sales en forma líquida-. El producto resultante es un «líquido iónico perfumado» que emite un aroma cuando entra en contacto con agua o sudor, permitiendo además que se extienda por la piel de una persona.