En boca puede provocar lesiones en las encías, producción excesiva de saliva, fisuras, astillas y otros daños en los dientes al morder involuntariamente el adorno
Un piercing consiste en perforar con agujas u otros instrumentos punzantes, la piel, mucosas u otros tejidos, para colocar en la abertura obtenida una pieza de joyería, u otro objeto decorativo, en partes del cuerpo muy variadas.
Se trata de una técnica muy extendida, pero no exenta de riesgos.
Entre ellos se encuentran:
- 1º) Hemorragia.
- 2º) Inflamación -enrojecimiento y dolor- e infecciones bacterianas en la zona.
- 3º) Alergias.
- 4º) Cicatrices y deformidades permanentes en el sitio en el que se coloca el piercing.
Si no se tienen precauciones y normas higiénicas pueden provocar contagios.
FIRMA: Gonzalo G. Useta (Con licencia CC BY-NC-ND 2.0).
- 5º) Traumatismos y desgarros, por arrancamiento, roce o presión. Esto es más frecuente cuando el piercing se coloca en la lengua, ombligo, pezones, labios y genitales.
- 6º) Aunque menos frecuente que las anteriores complicaciones, existe posibilidad de infección de los virus de la hepatitis B, C o del VIH si no se respetan las precauciones y normas higiénicas necesarias.
- 7º) La colocación de piercing en la boca y lengua puede tener otras consecuencias. En boca puede provocar lesiones en las encías, producción excesiva de saliva, fisuras, astillas y otros daños en los dientes al morder involuntariamente el adorno. Y en lengua, es posible que de lugar a pérdida permanente de sensibilidad y del sentido del gusto y dificultad para hablar si se lesiona algún nervio. También es bueno saber que la lengua sangra muy abundantemente y hay riesgo de que al inflamarse obstruya y dificulte la respiración.