Impregnar prendas de primeras firmas de tanta exuberancia, en ocasiones las convierte en vulgares, disminuyendo la categoría que tienen
Ana Obregón no deja a nadie indiferente a su paso. A sus casi 60 años, su regreso este fin de semana a la televisión lo ha corroborado. La exuberante Obregón llama la atención por su imagen, su actitud vital y su desparpajo. Es ese claro exponente de la España más España.
Desde luego que Anita es criticada por su idiosincrasia peculiar, entre real e impostada. De hecho, la sexagenaria Obregón es de esas personas que se resisten a toda costa a dejar pasar el paso de los años por su vida. Sufre el síndrome del Forever Young, Forever Young. Es la eterna niña-adolescente que no quiere crecer. Sin embargo, a su favor tiene que ha sido capaz de resistir contra viento y marea, como ningún otro personaje público de nuestro país, los múltiples embates de las críticas y ha sabido captar siempre la atención del público-.
Sorprendida con la cuestionada aparición de Podemos de la nada, no ve cómo puede el equipo de Iglesias llevar a la realidad sus propuestas. Asqueada de la política, medio afincada en EEUU, cumple actualmente su deuda pendiente como actriz, con su papel en con Sofocos Plus. Y muchos esperan impacientes sus horrorosos posados veraniegos en bikini porque será señal de que el verano ha llegado.
Los horrorosos posados de Obregón en bikini anuncian la llegada del verano.
En cuanto a su imagen personal, nuestra experta en imagen personal Paz Herrera, señala que todo en la imagen de Ana Obregón es excesivo. Desde su pose forzada y poco natural -saco pecho, meto tripa, gran sonrisa de felicidad, papada bajo control…- a sus estilismos, en los que es capaz de combinar un corpiño ajustado, con una minifalda y complementos muy llamativos. La naturalidad y el menos es más no van con ella.
Los dorados, pieles, cuero, prendas súper-ajustadas y demasiado vistosas que utiliza, unidas a una jovialidad empalagosa hacen de ella una caricatura.
Obregón se empeña en destacar sus piernas excesivamente delgadas y su exuberante pecho, mostrando unas proporciones poco armónicas, que serían muy fáciles de disimular con otro tipo de prendas.
Si en vez de vestir como una jovencita e intentar demostrar lo inteligente y triunfadora que es, se mostrara como lo que es, seguramente sería una señora «de bandera».
En cuanto al apartado beauty de la Obregón, una bióloga que debe utilizar sus conocimientos aprendidos en la carrera para mantenerse como una jovencita, apunta nuestra experta en beauty Carmina Barrajón. Parece que no pasa el tiempo para Anita. Es de aquellas a las que se le puede aplicar aquello de Joven para siempre.
No hay calendario que se le resista a la madrileña a sus casi sesenta años.
Junto a sus operaciones de cirugía, ha seguido la norma de los doctores de medicina estética de que no solo hay que operarse o realizarse infiltraciones, sino que debemos tener en cuenta que la piel sigue necesitando sus rituales de belleza y ella los sigue. Ana lo sabe. Cuida su rostro y cuerpo, y realiza los cuidados adecuados en casa en centros de belleza, practica yoga y frecuenta el gimnasio.
Obregón es criticada en ocasiones por tratar de aparentar una edad que no tiene -en especial por sus modelitos-, pero tengo que reconocer que en las ocasiones en las que he coincidido con ella, su aspecto es fantástico incluso en momentos duros. Sin embargo, lo que no nos puede negar es que si ha recurrido a la cirugía hay signos que la delatan. Sólo tenemos que volver la mirada atrás o recurrir a las hemerotecas y ver su rostro.
Para el peluquero de las celebrities, Alberto Cerdán, «Su melena rubia, con las ondas tan definidas y orientadas hacia delante le hicieron exitosa y son inconfundibles e inolvidables. Ella es fiel a su cabello largo pero yo la cambiaría y le definiría una melena de inspiraciones francesas ya que ella tiene un estilo para llevar un look como este».
Para nuestro estilista, Gustavo San Roman, «definir el estilo de Ana Obregón es complicado, siempre caracterizado por prendas cortas, ajustadas y con escotes llamativos. Sin embargo, Obregón suele portar artículos de primeras firmas de calidad que combina en la mayoría de los casos perfectamente. Por otro lado, el que opte o impregne estas prendas de esa exuberancia, en ocasiones las convierte en vulgares, disminuyendo la categoría que tienen ante la necesidad de querer enseñar tanto sin necesidad real de tener que hacerlo, puesto que tiene un físico y una morfología estupenda para su edad. Por lo que le recordaríamos, que normalmente, menos es más».