Olvídate de la radio o del teléfono móvil
En el apartado sobre equipamiento señalamos lo que entendemos como imprescindible o conveniente, adaptado al hombre en cuanto a las prendas, pero que se puede aplicar a la mujer sin problemas, y pensando en realizar el Camino en primavera, verano y principios del otoño (Camino de Santiago: ‘La Casa del Reloj’).
Caso de quere realizarlos en fechas que rozan el invierno, y teniendo en cuenta que muchos tramos del Camino discurren a alturas de unos mil metros, habrá que llevar prendas de más abrigo, guantes, gorro y pasamontañas, botas y prever que para secar la ropa, utilizar los albergues y demás, tendremos serias dificultades, pero la experiencia merece la pena, pues es un Camino totalmente distinto ( El Camino de Santiago: Consejos para combatir la fatiga).
En cuanto al estilo, el Camino de Santiago merece un respeto, al margen de nuestras creencias religiosas, por lo que consideramos se debe vestir con cierta compostura, evitando prendas deportivas de estilo aventura, sin que ello vaya en detrimento de la comodidad (El Camino de Santiago: Un rosario de consejos muy útiles para el peregrino).
Sobre todo hay que guardar el respeto debido al entrar en las iglesias y templos, tener cuidado en descubrirnos en su interior y que nuestro atuendo y compostura sea la debida; es posible que no confesemos con la creencias religiosas, en ese caso y si no estamos dispuestos a comportarnos con la educación mínima que se requiere, es preferible pasar de largo y no entrar en ellos ( El Camino de Santiago: Presupuesto, alimentación y cama).
Deberíamos ir limpios y aseados en lo posible, y llevar visible la concha en la mochila ( El Camino de Santiago: Empezando en Roncesvalles).
Por supuesto, somos enemigos de la radio o elementos parecidos en el Camino; bastante los tenemos que soportar en nuestra vida habitual (El Camino de Santiago: Viajar con lo indispensable).
Otro tanto podemos decir de los teléfonos móviles.
- Primero hay teléfonos en todas las poblaciones, por lo que es innecesario, y a lo largo del Camino siempre tendremos a otro peregrino compañero que nos puede sacar del apuro, por no hablar de los lugareños.
- Y en segundo lugar, puedes imaginar la pobre impresión, de insolidaridad, que dan los albergues cuando compruebas que todos los enchufes eléctricos están ocupados por los cargadores de baterías. De hecho, muchos albergues tienen suprimidos los enchufes y sólo los dejan en el baño.